¡SUBES AL CIELO, VIRGEN MARIA!
Por tu obediencia y por tu fe.
Por tu gracia y tu ternura.
Por tu alegría y tu disponibilidad.
Por tu amor y tu entrega.
Por tu pobreza y tu sencillez.
Por tu apertura y tu valentía.
Por tu fuerza y tu constancia.
Por tu pureza y tu virginidad.
Por tu oración y tu esclavitud.
Por tu confianza y tus pruebas.
Por tu fidelidad y tus alabanzas.
Por tu transparencia y tu sonrisa.
Por tu maternidad y tu acogida.
Por tu belleza interior y tu corazón.
Por tus miras al cielo.
Por tu escucha de la Palabra.
Por tu meditación de los misterios.
Por tus caminos sembrados de Dios.
Por tus manos llenas de caricias a Jesús.
Por tu alma traspasada por el Espíritu.
Por tus ojos iluminados por la Gracia.
Por tu cuerpo, templo del mismo Dios.
¡SUBES AL CIELO, VIRGEN MARIA!
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