miércoles, 1 de enero de 2025


 

2025 CICLO C

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA MADRE DE DIOS

Seguimos en tiempo de Navidad, estrenando un Año nuevo y el año Santo del Jubileo de 2025: Peregrinos de Esperanza.

La Fiesta de María, Madre de Dios, manifiesta el sentido de la Navidad. María es conocida por todos como la Madre de Jesús, pero ¿cómo es que la Iglesia católica le dio el título de Madre de Dios?  Porque en ella la Palabra se hizo Carne y acampó entre los hombres el Hijo de Dios, el príncipe de la Paz, el Salvador.

Esta Fiesta de María nos ayuda a acoger hoy la Palabra como ella en el corazón, y entregarla hecha vida en la fe. El Hijo de Dios se hizo hombre naciendo como todos, de una mujer, marcado por la fragilidad y la debilidad inherentes a toda carne, que Jesús hizo suyos.

Él es el ancla de nuestra esperanza. Hay cosas que solo la gente sencilla sabe captar; verdades que solo el pueblo es capaz de intuir; alegrías que solamente los pobres pueden disfrutar. El nacimiento del Salvador no es algo para potentados; un acontecimiento que solo los cultos y sabios pueden entender, al contrario. Es un acontecimiento popular. Una alegría para todo el pueblo.

Son unos pobres pastores, considerados como gente marginada, los únicos que están despiertos para escuchar la noticia. También hoy es así. Dios es gratuito. Es acogido más fácilmente por el pueblo pobre que por aquellos que piensan poder adquirirlo todo con dinero. Dios es sencillo y está cerca del pueblo humilde. Dios es bueno, y le entienden los que saben quererse como hermanos y no aquellos que viven egoístamente, encerrados en su bienestar.

También al inicio del año nuevo necesitamos la bendición de Dios, que él bendiga todos los rincones de nuestra existencia, bañándola con el amor de su presencia y de su encarnación. El inicio del año puesta la mirada en Dios nos invita a volver a mirar las cosas que nos rodean, pero con nueva perspectiva: pensemos en las cosas que se fueron con el año, pero seamos conscientes que todo lo que hayamos hecho con amor y por amor tiene un valor que permanece, y está "eternizado" en la presencia del Señor. Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él.

No olvidemos la jornada mundial de oración por la paz. Tantos esfuerzos humanos, tantos desvelos y sin embargo la paz es tan frágil, simplemente porque a un poderos se le antoja, miles de familias sufren calamidades, carestías y tantas dificultades. Tengamos siempre la paz en nuestro corazón y trabajemos por ella. Cuidémosla, no hace falta grandes acciones, no tenemos tanto poder, pero si podemos hacer pequeños gestos de amabilidad, comprensión y aceptación de la diferencia. Eduquemos para la paz, no nos cansemos nunca. La paz es mucho más que la ausencia de guerra: es respeto a los derechos de las personas, de todas sin excepción, es igualdad, es justicia social, es diálogo, respeto y convivencia. Construyamos juntos la paz y somos millones en el mundo las que queremos una vida sin violencias.

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