miércoles, 22 de enero de 2025


 

2025 MEDITACIÓN EUCARÍSTICA: el gato y los pollitos

Jesús en esta tarde, aquí cerca de ti queremos aprender de ti que el amor y la dedicación tienen un poder transformador, capaz de cambiar tanto a las personas como a las circunstancias. Tu vida y Tus enseñanzas fueron un reflejo constante de este principio. A lo largo de tu ministerio, nos mostraste que el amor no es solo un sentimiento, sino una acción concreta y desinteresada, capaz de sanar, perdonar y redimir.

El amor que Tú predicaste no se basa en condiciones, sino en la voluntad de dar sin esperar nada a cambio. Este amor tiene el poder de derribar barreras, superar rencores y unir a las personas más allá de sus diferencias. La dedicación que mostraste al seguir la voluntad del Padre, incluso hasta la cruz, nos invita a comprometernos de manera total con lo que creemos, a no rendirnos ante la adversidad y a buscar siempre el bien común.

Cuando vivimos con amor y dedicación, nuestras acciones pueden tener un impacto más allá de lo que imaginamos. El amor, cuando es genuino y no tiene límites, tiene la capacidad de transformar no solo nuestras vidas, sino también las de aquellos que nos rodean. Escuchemos esta historia

El gato y los pollitos: Había una vez un gato llamado Tito, que vivía en una granja en medio del campo. Tito era un gato especial, pues no se dedicaba a cazar ratones ni perseguir pájaros como otros gatos. En cambio, Tito se dedicaba a cuidar a un grupo de pollitos que vivían en la granja. Tito tenía un don especial para cuidar a los pollitos.

Los protegía de las inclemencias del tiempo y los defendía de los peligros que acechaban en el campo. Tito era como un padre para los pollitos, siempre atento y dispuesto a ayudarles en todo lo que necesitaran.

Los demás animales de la granja se sorprendían al ver a Tito rodeado de pollitos, pues nunca habían visto algo así. Los cerdos gruñones, las vacas lecheras y los caballos trotadores miraban con asombro al gato protector de los pollitos.

Pero Tito no se preocupaba por las miradas de los demás animales, pues sabía que su labor era importante y necesaria para el bienestar de los pollitos.

Una tarde de verano, mientras los pollitos jugaban en el campo, un zorro astuto apareció de repente. El zorro buscaba una cena fácil y sabía que los pollitos eran una presa perfecta. Pero Tito estaba alerta y se dio cuenta del peligro enseguida. Corrió hacia los pollitos y los reunió a su alrededor, formando un círculo de protección.

El zorro intentó acercarse, pero Tito le plantó cara valientemente. Maulló y gruñó, mostrando sus afiladas garras y sus dientes afilados. El zorro se asustó y retrocedió, y Tito aprovechó la oportunidad para poner a salvo a los pollitos. Los recogió con cuidado en su boca y los llevó hasta el gallinero, donde estarían a salvo.

Los demás animales de la granja se quedaron admirados ante la valentía de Tito. Nunca habían visto a un gato tan valiente y decidido. A partir de ese día, Tito se convirtió en el héroe de la granja, y los pollitos lo adoraban aún más si cabe. Desde entonces, Tito siguió cuidando de los pollitos con la misma dedicación y cariño que siempre.

Y los demás animales aprendieron a respetar y valorar su labor. Porque Tito era un gato especial, un gato protector de los pollitos, un gato que demostró que el amor y la valentía no tienen límites.

Jesús cuanto podemos aprender de esta sencilla historia. Comprender que el amor y la dedicación pueden llevarnos a hacer cosas extraordinarias por aquellos a quienes amamos. Ser conscientes que la tarea más importante de los que aman es proteger, cuidar, dar espacio en sus vidas y considerarlos como lo más importante de nuestras vidas.

Tú nos enseñaste que es cierto que el amor y la dedicación tienen un poder increíble, capaz de inspirarnos a superar obstáculos, realizar sacrificios y hacer todo lo necesario para cuidar y apoyar a quienes amamos. Esto nos lleva a lograr cosas que de otro modo parecerían imposibles, ya sea en las relaciones personales, el trabajo o en la vida diaria. Cuando el amor es la fuerza impulsora, las acciones se vuelven profundas y significativas.

Tito, el gato protagonista, demostró que, aunque su instinto depredador lo llevaba a cazar, su amor y compromiso por cuidar a los pollitos lo convirtieron en un héroe en la granja. Siempre debemos seguir nuestros instintos más nobles y que podemos hacer una gran diferencia en la vida de los demás con nuestra dedicación y amor. Amén

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