domingo, 5 de enero de 2025

¿Dónde vas inquieta y misteriosa, estrella de Belén?

¿Por qué tu resplandor ilumina a los que tienen fe y deja como están, a los que cerraron sus ojos al asombro?

Estrella, que expresas mensajes de adoración y convocatoria:

Tú, nos ayudas a descubrir el corazón de Dios que late en un portal, a postrarnos ante Aquel que, siendo Dios, se hace hombre, a ofrecer, entre miserias y debilidades, la fortuna de nuestra fe.

Eres, estrella celeste, manifestación de un Dios que guía al hombre hasta Jesús luz para todo aquel, que, viviendo en la oscuridad, busca nitidez para su fe.

Eres, estrella que cruza el inmenso cielo, dedo que señala al rey que todos esperan.

Eres, estrella que parpadea con guiño de Dios, que nos revela al rey humilde y oculto, real, universal, rompiendo y saltando las fronteras que los hombres vamos levantando

Estrella de Belén ¡Párate, detente estrella divina y veloz!

Queremos vislumbrar, ya desde ahora, a Aquel que profetas y reyes, ángeles y pastores anunciaron y adoraron.

Gracias, Señor, ya no necesitamos más estrellas pues, bien sabemos, que cuando hay LUZ, la LUZ ya no tiene estrellas.

Y, Tú, Señor, eres luz que apaga y esconde todas las demás estrellas.

Amén.

 

 

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