sábado, 13 de mayo de 2023

2023 AÑO A TIEMPO DE PASCUA VI

VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS

En el evangelio Jesús repite, siete veces, el centro de su mensaje: amar. Toda la ley va precedida de "sois amados" y seguida de "amaréis". Amados, fundamento de la ley; amarás, su cumplimiento. Jesús no dicta normas, pide respetuosa y pacientemente nuestro amor; in amenazas, sin chantajes, podemos aceptar o no, con total libertad.

Pero amar es peligroso: el amor es una palabra que quema los labios si se pronuncia mal, si suena incoherente. "Si me amas, observarás mis mandamientos". No las tablas de piedra del Sinaí, sino los suyos, los nuevos, los únicos.

El segundo término decisivo del Evangelio es una pequeña palabra, muy breve, pero explosiva, la preposición "en": "tú en mí y yo en ti", injertados, inmersos. No se trata de una lucha de conquista, de una cumbre que no se alcanza. Ya estamos en ella, ¡sólo hay que tomar conciencia! Saborear la imagen de nosotros inmersos "en" Dios, sarmientos de la vid madre, misma savia, misma vida; rayo de sol, misma luz, mismo fuego.

Tenemos un Dios que va delante de nosotros por todos los caminos, que irrumpe desde el futuro y no desde el pasado: "No os dejaré huérfanos, yo vivo y vosotros viviréis". Hacer vivir es la vocación de Dios, su empresa. La primera ley de Dios es que el hombre viva y ésta es también toda su alegría.

Hoy celebramos la fiesta de la Virgen madre de los Desamparados, patrona de nuestra comunidad valenciana, de los corazones de muchos hijos, dispersos por el mundo y patrona de los marineros y pescadores aquí en Denia.

- Vivimos tiempos un poco convulsos y agitados y se nos exige cada vez más coherencia, sentido común y ganas de hacer las cosas bien y según criterios humanaos y solidarios. La Virgen puede venir en nuestra ayuda para mostrarnos el camino. Tenemos que hacer el esfuerzo, porque es posible creer de otra manera, amar de otra manera, esperar y tener ilusión y contagiar esperanza de otra manera. María puede avivar nuestra fe pasiva, heredada y no repensada.

- María nos enseña a diferenciar entre lo esencial y lo accesorio, descubrir lo esencial y a olvidar lo superficial. Ella supo ir a la raíz de las cosas.

- María es el mejor modelo de esta fe viva y confiada. La mujer que sabe escuchar a Dios en el fondo de su corazón y vive abierta a sus designios de salvación. Ella la Virgen de los Desamparados nos acompaña a vivir y nos descubre uno de los rasgos más característicos del amor cristiano, se trata de saber acudir junto a quien puede estar necesitando nuestra presencia. Hay una manera de amar que debemos recuperar en nuestros días: consiste en "acompañar a vivir" a todos.

La Madre protege a sus hijos de todos los males, pero no es refugio de los perezosos, de los que no quieren hacer un esfuerzo por asumir la humanidad. María madre, pero sin crear una dependencia ni fomentar una inmadurez y un infantilismo religioso. La madre no protege desmesuradamente, sino que acompaña por la vida y deja que sus hijos se enfrenten solos. 

 

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