POR TU CAMINO, SEÑOR
Aunque me tiemble el
pulso, seré de los tuyos, anunciaré tu Palabra, apoyaré, con mis débiles
fuerzas, la Verdad que tu camino me indica.
POR TU CAMINO,
SEÑOR
Creeré y esperaré en
la eternidad que me brindas.
Soñaré que, más allá
de la noche incierta, aguarda un paraíso de felicidad y de plenitud.
Entenderé que, más
allá de la casa en la tierra, me esperas con un sitio cerca del Padre, volverás
para cumplir, como siempre lo haces, con tus promesas que superan las nuestras,
humanas, caducas y falsas.
Descubriré que,
avanzando Tú por delante, eres la vía que lleva al rostro del Padre, eres el
sendero iluminado por el Espíritu Santo, eres Aquel que, cuando se mira, encuentra
frente a frente al que en el cielo espera.
Te veremos y cantaremos
la grandeza de creer en Ti.
Te conoceremos y,
contigo, sabremos de Dios.
Te conoceremos y,
contigo, viviremos en Dios.
Te conoceremos y,
contigo, marcharemos al Padre.
Viviremos y,
viviendo contigo, sentiremos que vivimos Aquel que te envió. Amén.
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