2024
CICLO B TIEMPO ORDINARIO III
La detención de Juan Bautista fue la señal para que
después de treinta años de vida discreta en Nazaret, Jesús saldrá de su
anonimato para inaugurar su misión, aquella para la que su Padre le envió al
mundo.
En
adelante, lo veremos por los caminos de Palestina proclamando la Buena Nueva en
palabras y obras. Se ha cumplido el tiempo de las promesas. ¡El Reino de Dios está aquí! Convertíos y
creed en el Evangelio. Son las palabras con las que Jesús inaugura su
ministerio público.
Para
Jesús es apremiante que todos conozcan y reconozcan en él el Evangelio de Dios,
la Buena Nueva del Reino de la que él es la manifestación visible y palpable.
Para ello comienza su misión escogiendo
e invitando a cuatro de sus primeros colaboradores para asegurar la
continuidad de su misión: Simón y Andrés, Santiago y Juan, lo dejan todo para
asociarse a su proyecto de «pescar
hombres» para el Reino de Dios.
Participar
en el proyecto de Jesús, conlleva ciertas exigencias: requiere ponerse en camino y marchar en pos del
Maestro; por otro lado, desprenderse de
todo: redes, casa, familia, en definitiva, dejarlo todo para recibirlo todo
de Él.
La
invitación a la conversión de la primera lectura y del Evangelio de este
domingo consiste en conformar nuestras realidades cotidianas, toda nuestra
vida, al Reino de Dios inaugurado por Cristo, cuyos valores son la justicia, el amor, la paz, la verdad, la solidaridad,
etc.
En
el mundo actual, cada vez más egoísta, más dividido y polarizado... Jesús se
dirige a cada uno de nosotros y nos interpela: ¡Necesito pescadores de hombres! ¿Cuál es nuestra respuesta? ¿Damos
testimonio con palabras y acciones de la realidad del Reinado de Dios?
Jesús
no enseñó una doctrina religiosa
para que sus discípulos la aprendieran y difundieran correctamente. Jesús
anuncia un acontecimiento que pide
ser acogido, pues lo puede cambiar todo: Dios
se está introduciendo en la vida con su fuerza salvadora. Hay que hacerle sitio.
Se
avecina un tiempo nuevo. Dios no quiere dejarnos solos frente a nuestros
problemas y desafíos. Quiere construir junto a nosotros una vida más humana. De
ahí la necesidad de la conversión
personal. Cambiar la manera de pensar
y de actuar. Vivir creyendo esta
Buena Noticia.
Para
Jesús el reino de Dios es el corazón de
su mensaje, esta pasión alienta toda
su vida. Lo sorprendente es que Jesús nunca explica directamente en qué
consiste el reino de Dios. Él sugiere con
parábolas inolvidables cómo actúa Dios y
cómo sería la vida si nosotros actuáramos como él.
Para
Jesús, el reino de Dios es la vida tal
como la quiere construir Dios. Ese era el fuego que llevaba dentro. Para
Jesús, el reino de Dios no es un sueño,
es el proyecto que Dios quiere llevar adelante en el mundo. Es el único
objetivo que debemos de tener sus seguidores. ¿Cómo sería la Iglesia si nos dedicáramos
solo a construir la vida tal como la quiere Dios, no como la quieren los amos
del mundo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario