domingo, 30 de abril de 2023


 Gracias, Señor, por conducirme hacia valles tranquilos,

mi alma, y también mi corazón, necesitan un poco de paz y de sosiego.

Gracias, Señor, porque me siento uno de los tuyos.

Porque no soy ni más ni menos importante que los demás.

Gracias, Señor, porque me aceptas como soy

Porque, Tú, Buen Pastor, animas al sano

pero también recoges y esperas al herido.

Porque empujas al que puede andar por sí mismo

y cargas, sobre tus hombros, al que no puede

o no quiere avanzar, exhausto o desencantado

Hoy, Señor, te confieso que quiero seguirte,

Que quiero formar parte de tu equipo,

Que, lejos de ser un borrego,

quiero tener el criterio que nace del Evangelio

Que quiero dejarme llevar por la Gracia de Dios

para que no me arrastren los vientos del mundo

Hoy, Señor, Buen Pastor de toda mi existencia

quiero darte las gracias porque das tu vida por mí

Porque ante Ti no puedo esconderme.

Porque respetas mi libertad para seguirte.

Porque tu voz es potente, nítida y única.

Gracias, Señor, porque Tú, Buen Pastor

conoces mejor que yo

aquello que para mis días

más o menos me convienen.

Amén.

 

sábado, 29 de abril de 2023

NOVENA A VIRGEN DE LOS DESAMPARADOS
El próximo viernes día 5 de Mayo, dará inicio la Novena a la Virgen de los Desamparados a las 19'40 horas.

 

PRIMERAS COMUNIONES
El próximo sábado día 6 y domingo 7 de mayo a las 12’30h celebraciones de las primeras comuniones en nuestra parroquia.

 


 

2023 AÑO A TIEMPO DE PASCUA IV

 

Celebramos el IV domingo de pascua en el que Jesús se nos presenta como el Pastor verdadero, auténtico, dueño del rebaño que Él ama y por el cual se interesa. Jesús da su vida por nosotros;

Jesús resucitado, el Maestro y el Pastor bueno, manifiesta el camino que nos lleva a la verdadera Vida. Se trata el camino del amor, del servicio, del cuidado de los más débiles, de la compasión, de la misericordia. Estamos invitados a vivir como comunidad cristiana reproduciendo su Evangelio en cada una de nuestras vidas para transparentarlo a través de nuestra entrega y servicio generoso.

Al final del evangelio aparece una de las frases más importantes del mismo, donde podemos apoyar nuestra fe, nos regenera cada vez que la oímos: Yo he venido para que tengan vida y la tengan abundante.  Jesús ha venido para que tengamos vida plena, abundante, gozosa. No para ese mínimo sin el cual la vida no es vida, sino para esa vida exuberante, excesiva, que rompe las orillas y se desborda, rebosante de libertad y de coraje.

Vida es todo lo que se nos ocurre para llenar este nombre.

El pastor llama a sus ovejas, a cada una por su nombre. El excedente de Dios. ¿Quién pierde el tiempo recitando cada mañana toda la letanía de sus nombres, en lugar de un solo silbido o llamada para todas ellas? Pero así es exactamente como está escrito: los llama a cada uno por su nombre. Para nosotros, el rebaño es el anonimato, el fin de la identidad, la homologación. Para Jesús, no: me da tiempo, dice mi nombre, estoy cerca de su corazón, no me confunde con nadie.

Y los lleva fuera. De hecho, los "empuja fuera". No hacia otro recinto, quizá más grande, sino hacia el exterior. Yo soy la puerta. No levanta muros ni vallas para dividir; Cristo es paso, apertura, pascua, brecha de luz, vida que entra y sale. Él es el pastor lleno de futuro, la puerta del amor leal y seguro (el que entre por mí estará a salvo), más fuerte que cualquier cárcel (podrá entrar y salir), donde se saciará el hambre y la sed de la historia (encontrará pastos).

Y camina delante de las ovejas. Un pastor abierto, que no se queda atrás llamando y agitando su bastón, no es un perro pastor que tiene que mantener a raya a las ovejas. Las ovejas se mantienen en fila porque ven a alguien en quien confían delante, ven el camino a seguir, saben que es seguro, saben que hay olor a vida al final de esa fila. Y Jesús se define a sí mismo como una puerta: no un muro, ni una vieja valla, donde das vueltas y vueltas y vuelves a dar vueltas, ni una correa, ni corta ni larga. Cristo es una puerta abierta, un agujero en la red, una brecha en el muro, un paso, un tránsito, un espacio para el corazón, por donde entra y sale el aliento de la tierra y de los cielos nuevos.

El Pastor verdadero se preocupa de sus ovejas, no las abandona nunca, al contrario, está siempre pendiente de cada una de ellas, en particular de las más débiles y necesitadas. El Pastor verdadero no huye frente al peligro abandonando a su rebaño sino da su vida para salvarlas porque ama con pasión a cada una de ellas, es decir, ama con un amor sin límites. Por tanto, el amor de Jesús por la humanidad no tiene límites, ama a todos sin excepción compartiendo su propia vida con las ovejas.

Jesús nos conoce y nos ama a todos tal como somos. Solo desde esta cercanía, desde esta comunión de corazón, el Pastor bueno, verdadero comparte su vida con las ovejas tratándolas siempre con cuidado y amor. Hoy, a los seguidores de Jesús se nos pide que seamos creyentes llenos del Espíritu del Pastor Bueno, que podamos ayudarnos a crear el clima de acercamiento, mutua escucha, respeto recíproco y diálogo humilde para seguir construyendo una comunidad verdaderamente fraterna y samaritana.

 

miércoles, 26 de abril de 2023


 2023 ABRIL ADORACIÓN EUCARISTICA. 

                         Un hombre justo

 

En este tiempo de pascua sigue resonando en nuestros oídos la voz del Señor que nos dice levántate, confía en Dios, pon tus expectativas solo en él, porque él te sostendrá. La Biblia es la historia de los hombres y mujeres que muchas veces fallaron a Dios. Pero también es la historia de las muchas oportunidades que Dios les dio.

Abraham se equivoca y falla, una y otra vez, y aun así Dios no deja de darle lo que Él le había prometido. Jacob fue obstinado y egoístamente quiere tener bendiciones y es Dios que, vez tras vez, le enseña que la bendición está en poner su confianza en Él.

El pueblo de Israel que por 40 años desconfía, se queja y divaga por el desierto y es Dios que por 40 años les guarda, protege y ama y finalmente les lleva a la tierra que Él les prometió. David y sus muchos pecados públicos. Pero aun así Dios ve en él su fe y la intención de su corazón, y le perdona, haciendo de él un ejemplo de integridad. Los apóstoles, hombres imperfectos que aspirar y anhelan vivir una vida de perfección. Y que sinceramente prometen y vuelven a prometer. Pero Dios les hace testigos de su amor y su poder.

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un «chivo expiatorio», para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto: ¡la horca! El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: «Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de El tu destino: vamos a escribir en dos papeles separados las palabras «culpable» e «inocente». Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino».

Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: «culpable» y la pobre víctima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El Juez convidó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente…

- Pero ¿qué hiciste? Y ¿ahora…? ¿Cómo vamos a saber el veredicto…?

- Es muy sencillo, respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.

 

Esta historia nos enseña que por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Seamos creativos. Cuando todo parezca perdido, usemos la imaginación.

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. (Einstein)

Algo parecido pasa con nosotros. Hacemos promesas sinceras que fallamos una y otra vez, Prometemos y volvemos a prometer. Fallamos y volvemos a fallar. y Dios lo sabe, y no por eso disminuye su amor y su gran misericordia, esperando que volvamos a Él.

Lo que Dios anhela es nuestra determinación de insistir, de proseguir, de obstinadamente volver a prometer y anhelar la vida que Dios espera de los suyos.

Levántate. Inténtalo de nuevo. Vuelve a intentarlo. No te dejes vencer y cree en tu Dios, que es un Dios de nuevas oportunidades.

Y recuerda que lo importante no es quien gana o pierde las batallas sino quien gana la guerra. Y Dios nos ha prometido la victoria. Porque eso desea Dios y eso finalmente hará Dios.

Jesús sacramentado ayúdanos a vivir y a sentirnos cerca de ti, a sabes buscar todas las oportunidades que nos acerquen a ti y sobre todo aquello que nos infunde vida, alegría y esperanza

domingo, 23 de abril de 2023


 

QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR

Porque el camino por donde avanzamos

son kilómetros sin luz y con tropiezos.

Porque, sin Ti, es difícil reconocer y alcanzar

la paz y la felicidad que necesitamos.

Porque, sin Ti, el pan de cada día

se hace duro de masticar y desagradable al paladar.

Porque, sin Ti, es huérfano nuestro caminar,

triste nuestro canto, e insípido nuestro existir.

Porque, sin Ti, la vida no es vida

y, la muerte, la triunfadora sobre nuestra suerte,

porque, para vivir, necesitamos verte.

Porque, para no fracasar, es bueno que camines a nuestro lado,

compartas nuestras ilusiones, nuestros sueños,

y te hagas sabedor y conocedor de nuestras dudas y fracasos.

QUÉDATE CON NOSOTROS, SEÑOR

Porque anochece si, Tú, no eres el sol que nos ilumina,

Porque atardece si, Tú, no eres la luz que nos guía,

Porque ennegrecen nuestros días si, Tú, no les das paz, fuerza y armonía.

Para que la tristeza sea amordazada por la alegría de la Pascua.

Para que nuestra fe sea contagiosa, pascual, vibrante y entusiasta. Amén.

 

 

PRIMERAS COMUNIONES

El próximo sábado día 29 y domingo 30 de abril a las 12’30h celebraciones de las primeras comuniones en nuestra parroquia.

 


 

2023 AÑO A TIEMPO PASCUAL III

Todo lo acontecido en la Pasión y en la Cruz, ha desbordado el corazón de Cleofás y del otro discípulo, así como ha desbordado el corazón de los Once. Los discípulos-peregrinos de Emaús necesitan hacer dos caminos: uno geográfico: van de Jerusalén a Emaús; y otro interior: haciendo memoria de lo vivido en el corazón.

Volver a Emaús significa tomar la decisión de dejar el camino de seguimiento de Jesús, la vida discipular y el anuncio del Reino. Sería como un volver atrás, un volver a lo conocido antes del encuentro con Aquel que revelaba el amor incondicional del Padre.

Jesús se acercó y caminó con ellos. Dios siempre se acerca, caminante de siglos y días, y mueve toda la historia. Camina con nosotros, no para corregirnos el paso ni dictarnos el ritmo, sino que se acomoda a nuestro ritmo. Nada es obligatorio. A Él le basta el ritmo del momento. Jesús llega hasta los dos caminantes, los mira, los ve tristes, frena: ¿qué es esta charla? Y ellos le cuentan su historia: una ilusión naufragada en la colina del calvario.

Un corazón herido, unas expectativas defraudadas, y un “semblante triste”. Ellos le siguieron, le amaron: esperábamos que fuera él. Por eso no pueden reconocerlo a aquel, la ceguera de la desilusión. Llegados a Emaús, Jesús muestra que quiere "ir más lejos". Entonces nacen las palabras que se han convertido en una de nuestras oraciones más hermosas: Quédate con nosotros, que anochece. Tienen hambre de palabra, de compañía, de hogar. Le invitan a quedarse en la casa. Dios no se queda en todas partes, se queda en la casa donde le dejas entrar. Él se queda.

La historia se reúne ahora en torno a la fragancia del pan y la mesa, hecha para reunir a tantos en torno a ella, para estar rodeada por todos lados de comensales, para unirlos: las miradas se buscan, se cruzan, se funden, se alimentan mutuamente.

Lo reconocieron al partir el pan. Lo reconocieron no porque fuera un gesto exclusivo e inconfundible de Jesús, todo padre partía el pan para sus hijos. Pero tres días antes, el jueves por la tarde, Jesús había hecho algo inaudito, se había dado a sí mismo un cuerpo de pan: tomad y comed, esto es mi cuerpo. Lo reconocieron porque partir y entregar contiene el secreto del Evangelio: Dios es pan que se entrega al hambre del hombre. Se entrega, alimenta y desaparece: ¡toma, es para ti! El gran milagro: no somos nosotros los que existimos para Dios, es Dios quien vive para nosotros.

Como los peregrinos de Emaús, nos sentamos a la mesa para la fracción del pan, pero no para instalarnos en ella. El pan partido y compartido nos invita a reconocer a Jesús y a ponernos en camino para compartir la alegría del encuentro. Y entonces lo reconocieron y descubrieron por qué les ardía el corazón cuando Jesús les explicaba las escrituras por el camino. Jesús está siempre dispuesto a caminar con nosotros, a interpretarnos las Escrituras y a partir el pan. Inmediatamente volvieron a Jerusalén. La experiencia del resucitado nos quema y no se puede contener dentro de nuestros pequeños corazones, hay que contarlo, comunicarlo.

miércoles, 19 de abril de 2023


 

2023 ABRIL MEDITACIÓN EUCARISTICA: 

Carta a Tomás, apóstol y hermano

Jesús resucitado estamos de nuevo aquí, a tu lado para meditar contigo y disfrutar de tu presencia amorosa. Hoy queremos dirigirnos a tu amigo y apóstol Tomás. El evangelio del domingo pasado nos habló de ti. La verdad es que, apenas tenemos datos sobre tu vida. Pero imaginemos la escena: Anochecía, el día se nos había hecho muy largo, porque no podíamos hacer nada; estábamos con las puertas cerradas, sin hacer ruido. Los judíos nos buscaban; seguramente los romanos también, porque cuando ajusticiaban a uno, perseguían a su grupo, para ajusticiarlo. Lo sabíamos por experiencia.

Nos mirábamos en silencio, pero no acertábamos a decir nada. Ahora, sin la presencia de Jesús ¿qué íbamos a hacer? ¿Nos iríamos cada uno por nuestro lado? Sólo cabía esperar… ¡Y ni siquiera sabíamos lo que esperábamos!

De repente, en la penumbra, oímos la voz inconfundible del maestro:

- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así os envío yo. Quedamos desconcertados. Supimos que era Él. Su voz era inconfundible. Se había dado cuenta de que el miedo nos ahogaba, de que ni siquiera teníamos aliento para vivir, por eso sopló con fuerza sobre nosotros y nos dijo:

- Recibid el Espíritu Santo… Recordé que muchas veces nos había hablado del Espíritu Santo y nos lo había prometido. Que solía saludarnos dándonos su paz… Pero esta vez era diferente. En medio de nuestro miedo y de nuestra cobardía, el Maestro se hacía presente en la comunidad para comunicarnos el aliento de Vida.

Es más, se atrevía a enviarnos. Pero, ¿a dónde? ¿Cuál sería nuestra misión, de ahora en adelante? ¿No se daba cuenta de la situación de Jerusalén? Había crucifixiones casi a diario. La fiesta de la Pascua era una ocasión para que las autoridades políticas sembraran el pánico sobre el pueblo, especialmente sobre la gente de Galilea.

Esta noche no estaba Tomás en el grupo. Era un tipo curioso. En realidad, se llamaba Judas, pero le llamaban Tomás (que significa gemelo en arameo) y Dídimo (que significa gemelo en griego), aunque él nunca nos habló de quién había sido su hermano o hermana. Cuando le contamos nuestro encuentro con Jesús, Tomás reaccionó como era habitual en él, como un “incrédulo”, pero, en el fondo, reconocíamos que todos éramos tan incrédulos como él, o más. Pero él era valiente y lo reconocía. Los demás disimulábamos nuestra falta de fe.

Pocos días después, cuando seguíamos reunidos en la casa, Tomás se quedó helado, como si viera a un fantasma. No se atrevía a acercarse a Jesús, pero el Maestro le ofreció sus manos y le invitó a tocarle; cuando le dijo: “No seas incrédulo, sino creyente”, supimos que nos lo estaba diciendo a cada uno de nosotros. No era un reproche, era una invitación del Maestro a confiar, a entregarle nuestros miedos y acoger su paz.

Nuestros padres habían visto muchas señales. Habían sido liberados de Egipto, habían recibido a los profetas y habían creído, porque habían visto la mano de Yahvé que los acompañaba. Ahora Jesús, a través de Tomás, nos pedía creer sin haber visto.

Entendimos que nos pide creer, en lugar se sucumbir a la vida pagana de los romanos, que se extiende cada vez más. Creer, aunque por ello nos persigan los judíos y quienes no entienden nuestro discipulado. Creer que Jesús es el Hijo de Dios, aunque nosotros, con nuestros ojos, veamos a un proscrito, crucificado a las afueras de la ciudad. Creer que somos hijos e hijas de Dios, aunque continuamente toquemos nuestro barro. Creer que el Reino está dentro de nosotros y de cada persona, aunque veamos leprosos, pecadores o tiranos. Jesús nos pide dar un salto sobre el abismo, en lugar de quedarnos atrapados en lo que ven nuestros ojos…

Tomás, hermano, ayúdanos, para que descubramos que HOY, en medio de los vaivenes del mundo, sigue haciéndose presente el Resucitado, en cada persona y en cada comunidad, con su saludo de paz. Que no olvidemos que sigue enviándonos su aliento de Vida. Que nos demos cuenta de que no podemos tocar las huellas de sus manos, pero nos ofrece “tocar” las huellas que ha ido dejando en nuestra vida y en la comunidad, para reconocerle. Que nos invita a “tocar” las heridas de las manos y el costado de los crucificados de la tierra. Y, que, al tocarlas y abrazarles, podamos decir contigo: ¡Señor mío y Dios mío! Amén.

domingo, 16 de abril de 2023


 Mañana lunes 17 de abril

FESTIVIDAD DE S. VICENTE FERRER

HORARIO MISAS: 8 y 20 horas

La misa de las 8 horas se celebrará en el altar de S. Vicente Ferrer



 

PORTAVOZ DE TU PAZ, SEÑOR

Sin miedo a los nuevos retos y con las puertas bien abiertas.

Con alegría y alejándome de la tristeza,

sintiéndome llamado y comprometido, empujado y urgido a dar razón de Ti.

¡POR TU PAZ, SEÑOR! 

Sabiendo que, con tu aliento,

no temeré tormenta alguna, ni huracán alguno detendrá mi valor.

Si como Tomás, pido pruebas de tu existencia,

muéstrame tu rostro por la fuerza de la Eucaristía,

y, si como Tomás, no creo sino después de ver,

hazme saber que, Tú Señor, caminas a mi lado.

¡POR TU PAZ, SEÑOR! 

Y si las dificultades asoman en el horizonte

que, Tú Señor, despejes con tu poder,

aquello que entorpece mi labor de mensajero.

Porque en Ti confío,

Porque en Ti espero,

Y, de tu misericordia, agradezco tus desvelos.

Y, de tu misericordia, espero tus caricias.

Y, de tu misericordia, añoro tu abrazo.

Y, de tu misericordia, deseo la paz verdadera,

la paz que Tú sólo das, la paz que, sin Ti, 

no la puede alcanzar el mundo.

Amén

sábado, 15 de abril de 2023


 

Jueves 20 de Abril, a las 20'30 h

CHARLA BÍBLICA de D. Ricardo Lázaro profesor de la facultad de Teología, sobre María “Sempre en lo cor”

Tema de la Charla:

El Calvario (JN 19, 25-27): María al pie de la cruz.

Al pie de la Cruz: La Madre de Jesús

La muerte de Jesús y el comienzo de la vida en común

16 de ABRIL - 

DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

UNCIÓN DE ENFERMOS COMUNITARIA

En la eucaristía de las 11 horas

 



UNCIÓN DE ENFERMOS COMUNITARIA,

ESTE SÁBADO EN EL HOSPITAL DE LA PEDRERA
 

2023 AÑO A TIEMPO DE PASCUA II

 

Segundo domingo de Pascua, domingo de la misericordia, la buena noticia sigue presente. Él vive y no está en el sepulcro. El Resucitado es el mismo que el Crucificado (sus llagas lo muestran) y que sigue teniendo con ellos y con todos, las mismas actitudes de entrega amorosa que lo llevaron a la cruz. Y Jesús se presenta en aquella casa donde se respiraba un aire de miedo. El aire se podía cortar. No recrimina nada, por qué lo abandonaron, sino que les muestra su gran misericordia y su amor. Domingo de la misericordia.

Jesús se puso en medio de ellos. El no desiste de nosotros, si tardamos en abrirle, ocho días después sigue allí. Les dijo Shalom, saludo bíblico que significa mucho más que la paz como simple fin de la violencia, indica la fuerza de los mansos, la luz de los puros de corazón dentro de la niebla de las artimañas, la serenidad de los justos ante la injusticia, la perseverancia de los honrados en medio de la deshonestidad.

Respiró y dijo: recibid el Espíritu Santo. Sobre aquel puñado de criaturas, cerradas y asustadas, desciende el viento de los orígenes, el viento que sacudirá las puertas cerradas del cenáculo: con la fuerza de su Espíritu, les envía al mundo entero a anunciar la buena nueva.  

Pero siempre hay objeciones "Si no veo y no toco, no creeré". Pobre Tomás, quiere garantías, y tiene razón, porque si Jesús está vivo, toda su vida dará un vuelco. Jesús se acerca de nuevo y a Tomás le dice: mira, pon, toca. Tomás comprende por esos agujeros la razón por la que Cristo ha resucitado: por su gran amor de las heridas, de las que ya no brota sangre sino luz. Al final, Tomás pasa de la incredulidad al éxtasis: "Señor mío y Dios mío". Ese "mío" lo cambia todo, no indica posesión celosa, sino pertenencia. Señor mío, que me haces vivir, que eres lo mejor de mí.

Bienaventurados los que sin haber visto creerán. Bienaventuranza reconfortante que sentimos nuestra. Jesús nos dice bienaventurados los que luchan, los que buscan tímidamente, los que aún no ven y sin embargo caminan adelante, “somos peregrinos sin camino, pero tenaces en el camino” (s. Juan de la Cruz). La fe es el riesgo de ser bienaventurados, es decir, felices.

La resurrección nos invita a vivir una vida en mayúscula, una vida ciertamente no más fácil, pero sí más plena y apasionante. Herida a veces, pero luminosa e incluso sanadora. Jesús, crucificado y resucitado, no es un ausente ni un impotente, lejano y distante. Resucita para continuar su presencia y su acción liberadora, pero ahora en la plena potencia de su existencia glorificada.

La fe es una relación, no una ideología. La ideología se queda en coleccionar ideas, la relación interpersonal involucra, cambia, transforma la vida y su curso posterior. Tomás no dice teóricamente que Jesús es Dios y Señor, sino que lo confiesa: “Señor “mío” y Dios “mío”. Es un nuevo Tomás el que está naciendo ahora, con una nueva comprensión de su identidad, su proyecto vital, su tarea, su futuro, inconcebibles sin el protagonismo de Jesús resucitado en su existencia.

Unción de enfermos y ancianos, pedir la fuerza del resucitado a Dios Padre de la vida.

 

miércoles, 12 de abril de 2023


 

2023 ABRIL MEDITACIÓN EUCARISTICA. 

LOS TRES ÁRBOLES

Todavía resuena en nuestros oídos el anuncio de la gran alegría de la Pascua, el aleluya y todas las vivas posibles. Estamos en la octava de Pascua y queremos hoy agradecer tu presencia viva entre nosotros, tu resurrección y el derramamiento de vida que realizaste para toda la humanidad. Tu resurrección ha abierto las puertas del horizonte futuro a una humanidad desorientada, medio perdida y narcisista donde su mirada está puesta solo en sí misma en el placer y en la autocomplacencia. La VIDA en mayúsculas que tú nos ganaste es aliciente de una existencia llena de sentido y de plenitud.

Oigamos la historia de LOS TRES ÁRBOLES: Había una vez tres árboles en una planicie inmensa del campo. Hablaban acerca de sus sueños y planes de futuro.

- “Algún día seré cofre de tesoros. Estaré lleno de oro, plata y piedras preciosas. Todos verán mi belleza”, dijo el primer árbol.

- El segundo árbol dijo: “Algún día seré un gran barco donde viajen los más grandes reyes y reinas a través de los océanos. Todos se sentirán seguros por mi fortaleza y mi poderoso casco”.

Finalmente, el tercer árbol dijo: “Yo quiero crecer para ser el más alto de todos los árboles en el bosque. Así estaré cerca de Dios. Seré el árbol más grande de todos los tiempos y la gente siempre me recordará”.

Durante años, los tres árboles oraban a Dios para que sus sueños se convirtieran en realidad. Un día, un leñador los taló y se los vendió a unos carpinteros.

Con el primer árbol hicieron un cajón de comida para animales, y fue puesto en un pesebre y llenado con paja. Se sintió muy mal pues eso no era lo que él había pedido tanto.

El segundo árbol fue cortado y convertido en una pequeña barquita de pesca, y fue puesto en un lago. Sus sueños de ser una gran embarcación habían llegado a su fin.

El tercer árbol fue cortado en largas y pesadas tablas y lo abandonaron en la oscuridad de un almacén.

Al verse así, los tres árboles sintieron que sus planes habían fracasado.

Sin embargo, una noche, José y María llegaron al establo y pusieron al Niño Jesús en el pesebre. Entonces el primer árbol descubrió que había contenido el mayor tesoro de la humanidad.

Años más tarde, Jesús y algunos discípulos subieron a la pequeña barca para cruzar el lago de Galilea. Durante la travesía, una gran tormenta se desató y el árbol pensó que no sería lo suficientemente fuerte para salvarlos. Pero Jesús se levantó y calmó la tempestad. Y el segundo árbol descubrió que llevaba al Rey de todos los reyes y Señor de señores.

Finalmente, alguien cogió dos de las tablas que estaban en el almacén y sobre ellas crucificaron a Jesús. Cuando llegó el domingo, Jesús resucitó y el tercer árbol sintió que había estado más cerca de Dios de lo que nunca pudo imaginar.

 

Cuando parece que las cosas no van de acuerdo a tus planes, debes saber que siempre Dios tiene el mejor plan para ti. Él te prepara y allana el camino para que lo recorras. Si tiene dificultades él te sostendrás y de ayudará de mil maneras. Si es llano él facilitará tu camino y ningún obstáculo podrá impedir tu marcha.

Al final de la historia nos damos cuenta que cada árbol consiguió lo que había soñado, aunque no de la forma que habían planeado. Los planes no nos pertenecen y basta con seguir caminando y confiar en Dios. Él nos dará la vida y nos proporcionará todo aquello que necesitamos, seamos o no conscientes.

No siempre sabemos lo que Dios planea para nosotros, sólo sabemos que sus planes siempre son los mejores y solamente Él los conoce.

Señor Jesús te pedimos que tu vida como Resucitado nos proporcione aliento de frescura a la nuestra y que nos anime a caminar siempre según los designios de tu Padre y Padre nuestro. Que tu vida se entremezcle con la nuestra para poder caminar siempre decididos para el encuentro fraterno y encuentro de amor. Amén

domingo, 9 de abril de 2023


 DOMINGO DE LA DIVINA MISERICORDIA

16 de ABRIL en la eucaristía de las 11 horas
UNCIÓN DE ENFERMOS COMUNITARIA

¡ABRÉME LOS OJOS, SEÑOR!

Señor; también yo, en el amanecer de esta jornada

con el alma tomada por la penumbra, pero con el corazón inquieto,

me he acercado hasta el lugar donde se encontraba tu cuerpo

desfigurado por los sucesos de estos últimos días.

Más, cual ha sido mi sorpresa, Señor,

cuando al cruzarme con María Magdalena, con Simón Pedro y con Juan

me han dicho que, no tenga prisa, que tu losa no está centrada…

que la piedra de tu sepulcro se encuentra movida

y que abra los ojos para la gran sorpresa que me espera

 ¡ABREME LOS OJOS, SEÑOR!

Pues quiero verte para nunca más perderte.

Porque, después de correr hasta tu sudario,

necesito certezas para comprender

y gritar al mundo que ¡creo! ¡creo! ¡y mil veces creo!

Que has vuelto para devolvernos vida abundantemente

Que, a partir de hoy, la asignatura pendiente de la muerte

ha sido resuelta y superada por el Maestro que más enseñó

con palabras de amor, con gestos de humildad,

con milagros y promesas felizmente cumplidas.

Quiero, sin temor ni temblor,

y aunque algunos me digan lo contrario

asomarme y ver el vacío que tu triunfo, sobre la muerte ha dejado.

Quiero, con la emoción de los discípulos

y de la mano de Santa María Virgen

comprender y creer que, era cierto,

¡Has resucitado! ¡Lo has hecho por nosotros!

¡ABREME LOS OJOS, SEÑOR PARA VERTE Y NUNCA PERDERTE!

 








































































 VIGILIA PASCUAL 2023

¡ FELIZ PASCUA A TODOS!