miércoles, 26 de abril de 2023


 2023 ABRIL ADORACIÓN EUCARISTICA. 

                         Un hombre justo

 

En este tiempo de pascua sigue resonando en nuestros oídos la voz del Señor que nos dice levántate, confía en Dios, pon tus expectativas solo en él, porque él te sostendrá. La Biblia es la historia de los hombres y mujeres que muchas veces fallaron a Dios. Pero también es la historia de las muchas oportunidades que Dios les dio.

Abraham se equivoca y falla, una y otra vez, y aun así Dios no deja de darle lo que Él le había prometido. Jacob fue obstinado y egoístamente quiere tener bendiciones y es Dios que, vez tras vez, le enseña que la bendición está en poner su confianza en Él.

El pueblo de Israel que por 40 años desconfía, se queja y divaga por el desierto y es Dios que por 40 años les guarda, protege y ama y finalmente les lleva a la tierra que Él les prometió. David y sus muchos pecados públicos. Pero aun así Dios ve en él su fe y la intención de su corazón, y le perdona, haciendo de él un ejemplo de integridad. Los apóstoles, hombres imperfectos que aspirar y anhelan vivir una vida de perfección. Y que sinceramente prometen y vuelven a prometer. Pero Dios les hace testigos de su amor y su poder.

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por eso, desde el primer momento se procuró un «chivo expiatorio», para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto: ¡la horca! El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado: «Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de El tu destino: vamos a escribir en dos papeles separados las palabras «culpable» e «inocente». Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino».

Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: «culpable» y la pobre víctima, aun sin conocer los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El Juez convidó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente…

- Pero ¿qué hiciste? Y ¿ahora…? ¿Cómo vamos a saber el veredicto…?

- Es muy sencillo, respondió el hombre. Es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.

 

Esta historia nos enseña que por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Seamos creativos. Cuando todo parezca perdido, usemos la imaginación.

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento. (Einstein)

Algo parecido pasa con nosotros. Hacemos promesas sinceras que fallamos una y otra vez, Prometemos y volvemos a prometer. Fallamos y volvemos a fallar. y Dios lo sabe, y no por eso disminuye su amor y su gran misericordia, esperando que volvamos a Él.

Lo que Dios anhela es nuestra determinación de insistir, de proseguir, de obstinadamente volver a prometer y anhelar la vida que Dios espera de los suyos.

Levántate. Inténtalo de nuevo. Vuelve a intentarlo. No te dejes vencer y cree en tu Dios, que es un Dios de nuevas oportunidades.

Y recuerda que lo importante no es quien gana o pierde las batallas sino quien gana la guerra. Y Dios nos ha prometido la victoria. Porque eso desea Dios y eso finalmente hará Dios.

Jesús sacramentado ayúdanos a vivir y a sentirnos cerca de ti, a sabes buscar todas las oportunidades que nos acerquen a ti y sobre todo aquello que nos infunde vida, alegría y esperanza

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