2023 ABRIL ADORACIÓN EUCARISTICA.
Un hombre justo
En este tiempo
de pascua sigue resonando en nuestros oídos la voz del Señor que nos dice
levántate, confía en Dios, pon tus expectativas solo en él, porque él te
sostendrá. La Biblia es la historia de los hombres y mujeres que muchas veces
fallaron a Dios. Pero también es la historia de las muchas oportunidades que
Dios les dio.
Abraham se
equivoca y falla, una y otra vez, y aun así Dios no deja de darle lo que Él le
había prometido. Jacob fue obstinado y egoístamente quiere tener bendiciones y
es Dios que, vez tras vez, le enseña que la bendición está en poner su
confianza en Él.
El pueblo de
Israel que por 40 años desconfía, se queja y divaga por el desierto y es Dios
que por 40 años les guarda, protege y ama y finalmente les lleva a la tierra
que Él les prometió. David y sus muchos pecados públicos. Pero aun así Dios ve
en él su fe y la intención de su corazón, y le perdona, haciendo de él un
ejemplo de integridad. Los apóstoles, hombres imperfectos que aspirar y anhelan
vivir una vida de perfección. Y que sinceramente prometen y vuelven a prometer.
Pero Dios les hace testigos de su amor y su poder.
Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un
hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En
realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino, y por
eso, desde el primer momento se procuró un «chivo expiatorio», para encubrir al
culpable.
El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que
tendría escasas o nulas posibilidades de escapar al terrible veredicto: ¡la
horca! El Juez, también complotado, cuidó no obstante de dar todo el aspecto de
un juicio justo, por ello dijo al acusado: «Conociendo tu fama de hombre justo
y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de El tu destino: vamos a escribir
en dos papeles separados las palabras «culpable» e «inocente». Tu escogerás y
será la mano del Dios la que decida tu destino».
Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos
papeles con la misma leyenda: «culpable» y la pobre víctima, aun sin conocer
los detalles, se daba cuenta que el sistema propuesto era una trampa. No había
escapatoria.
El Juez convidó al hombre a tomar uno de los papeles
doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos
con los ojos cerrados, y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los
ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca
lo engulló rápidamente.
Sorprendidos e indignados los presentes le
reprocharon airadamente…
- Pero ¿qué hiciste? Y ¿ahora…? ¿Cómo vamos a saber
el veredicto…?
- Es muy sencillo, respondió el hombre. Es cuestión
de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.
Esta historia
nos enseña que por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos
de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento. Seamos creativos. Cuando
todo parezca perdido, usemos la imaginación.
En los momentos de crisis, sólo la imaginación es
más importante que el conocimiento. (Einstein)
Algo parecido
pasa con nosotros. Hacemos promesas sinceras que fallamos una y otra vez,
Prometemos y volvemos a prometer. Fallamos y volvemos a fallar. y Dios lo sabe,
y no por eso disminuye su amor y su gran misericordia, esperando que volvamos a
Él.
Lo que Dios
anhela es nuestra determinación de insistir, de proseguir, de obstinadamente
volver a prometer y anhelar la vida que Dios espera de los suyos.
Levántate.
Inténtalo de nuevo. Vuelve a intentarlo. No te dejes vencer y cree en tu Dios,
que es un Dios de nuevas oportunidades.
Y recuerda que
lo importante no es quien gana o pierde las batallas sino quien gana la guerra.
Y Dios nos ha prometido la victoria. Porque eso desea Dios y eso finalmente
hará Dios.
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