2023 ADORACION EUCARISTICA.
LA
ANCIANA Y EL PASTEL
De nuevo nos
encontramos en esta tarde delante de ti Jesús sacramentado. Venimos para
reposar y descansar en tu dulce corazón. Sabemos que todos estos momentos
dedicados a estar contigo, son momentos enriquecedores y que nos llenan el alma
y el corazón. Sabemos que sólo tu tiene `palabras de vida eterna, que solo tú
puedes darnos la paz del corazón, el sosiego del alma, la calidad de una vida
entregada a ti y a los demás.
Somos tan
conscientes de la fragilidad del ser humano, que fácilmente nos podemos romper
y qué difícil para nosotros es recomponernos. Nos gustaría tener tú mismo
corazón y tu generosidad para con todos. Nunca juzgas a nadie, nunca valoras
por la apariencia, sino que ves más allá, allí donde solo tú puedes llegar.
La anciana y el pastel:
Una anciana se sienta en un café. La
camarera lleva el menú a la mesa y le pregunta a la anciana qué va a consumir.
La anciana responde: ¿Cuánto cuesta un pedazo de
pastel?
La camarera responde: 3 euros.
La anciana saca unas monedas del bolsillo, comienza
a contar lentamente y luego pregunta de nuevo:
–
¿Y
cuánto cuesta la ración más pequeñita del pastel?
–2 euros, respondió la camarera un poco nerviosa ya
que tenía muchas mesas por servir.
– Está bien, entonces con gusto me llevo la más
pequeña, respondió la anciana.
La camarera trajo el pastel y puso la cuenta en la
mesa pensando entre sí, ¡Qué viejita tan tacaña! ¡Ya que se vaya!
La anciana, comiendo muy lento y con gusto el
pastel, se levantó lentamente, puso el dinero sobre la mesa y se fue.
Cuando la camarera fue a limpiar la mesa, se dio
cuenta que la anciana le había dejado 1 euro de propina.
La emoción y la sorpresa le sacaron las lágrimas. Se
dio la vuelta rápidamente en busca de la anciana para agradecerle. Era
demasiado tarde, se había ido y ya no era visible para su mirada.
Ella se sintió culpable por juzgar de tacaña a la
ancianita.
La viejita solo tenía 3 euros y se había limitado a
buscar una rodaja de pastel de 2 euros para darle una propina.
Señor Jesús
cuantas lecciones nos da la vida. Si fuéramos capaces de admirar y contemplar
con ojos de misericordia y de amor a todo lo que nos rodea, quizá no viviríamos
juzgando siempre, con la sospecha en los labios y en el corazón. Enséñanos a
tener un corazón dócil como el tuyo que era manso y humilde.
La historia
conmovedora de esta anciana demuestra claramente que no se pueden sacar
conclusiones precipitadas. Porque antes de juzgar a alguien deberíamos saber mirar
dentro de sus muros, conocer sus miedos y preocupaciones. Entonces veríamos lo
frágil que es el ser humano detrás de la máscara de la apariencia.
Te pedimos que
nos hagas siempre más sensibles y más humanos con la vida de los demás, que no
juzguemos con tanta rapidez, que siempre valoremos al prójimo y que pensemos en
la dificultad que a lo mejor tiene para sobrevivir. Ojalá fuéramos más
empáticos y más capaces de colocarnos en la situación del prójimo.
Te pedimos
Jesús por todos nosotros y por nuestras familias que nunca juzguemos a nadie,
sino que al contrario, estemos siempre dispuestos a apaciguar las críticas y a
eliminarlas definitivamente de nuestra vida y de nuestros ambientes en los
cuales nos movemos. Concedednos una vida feliz y serena para que podamos hacer
el bien a los demás. Amén.
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