miércoles, 2 de agosto de 2023

2023 ADORACION EUCARISTICA. 

LA ANCIANA Y EL PASTEL

 

De nuevo nos encontramos en esta tarde delante de ti Jesús sacramentado. Venimos para reposar y descansar en tu dulce corazón. Sabemos que todos estos momentos dedicados a estar contigo, son momentos enriquecedores y que nos llenan el alma y el corazón. Sabemos que sólo tu tiene `palabras de vida eterna, que solo tú puedes darnos la paz del corazón, el sosiego del alma, la calidad de una vida entregada a ti y a los demás.

Somos tan conscientes de la fragilidad del ser humano, que fácilmente nos podemos romper y qué difícil para nosotros es recomponernos. Nos gustaría tener tú mismo corazón y tu generosidad para con todos. Nunca juzgas a nadie, nunca valoras por la apariencia, sino que ves más allá, allí donde solo tú puedes llegar.

La anciana y el pastel: Una anciana se sienta en un café. La camarera lleva el menú a la mesa y le pregunta a la anciana qué va a consumir.

La anciana responde: ¿Cuánto cuesta un pedazo de pastel?

La camarera responde: 3 euros.

La anciana saca unas monedas del bolsillo, comienza a contar lentamente y luego pregunta de nuevo:

        ¿Y cuánto cuesta la ración más pequeñita del pastel?

–2 euros, respondió la camarera un poco nerviosa ya que tenía muchas mesas por servir.

– Está bien, entonces con gusto me llevo la más pequeña, respondió la anciana.

La camarera trajo el pastel y puso la cuenta en la mesa pensando entre sí, ¡Qué viejita tan tacaña! ¡Ya que se vaya!

La anciana, comiendo muy lento y con gusto el pastel, se levantó lentamente, puso el dinero sobre la mesa y se fue.

Cuando la camarera fue a limpiar la mesa, se dio cuenta que la anciana le había dejado 1 euro de propina.

La emoción y la sorpresa le sacaron las lágrimas. Se dio la vuelta rápidamente en busca de la anciana para agradecerle. Era demasiado tarde, se había ido y ya no era visible para su mirada.

Ella se sintió culpable por juzgar de tacaña a la ancianita.

La viejita solo tenía 3 euros y se había limitado a buscar una rodaja de pastel de 2 euros para darle una propina.

 

Señor Jesús cuantas lecciones nos da la vida. Si fuéramos capaces de admirar y contemplar con ojos de misericordia y de amor a todo lo que nos rodea, quizá no viviríamos juzgando siempre, con la sospecha en los labios y en el corazón. Enséñanos a tener un corazón dócil como el tuyo que era manso y humilde.

La historia conmovedora de esta anciana demuestra claramente que no se pueden sacar conclusiones precipitadas. Porque antes de juzgar a alguien deberíamos saber mirar dentro de sus muros, conocer sus miedos y preocupaciones. Entonces veríamos lo frágil que es el ser humano detrás de la máscara de la apariencia.

Te pedimos que nos hagas siempre más sensibles y más humanos con la vida de los demás, que no juzguemos con tanta rapidez, que siempre valoremos al prójimo y que pensemos en la dificultad que a lo mejor tiene para sobrevivir. Ojalá fuéramos más empáticos y más capaces de colocarnos en la situación del prójimo.

Te pedimos Jesús por todos nosotros y por nuestras familias que nunca juzguemos a nadie, sino que al contrario, estemos siempre dispuestos a apaciguar las críticas y a eliminarlas definitivamente de nuestra vida y de nuestros ambientes en los cuales nos movemos. Concedednos una vida feliz y serena para que podamos hacer el bien a los demás. Amén.

 

 

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