domingo, 27 de agosto de 2023


 

TE CONFIESO, QUE NO LO SÉ, SEÑOR

Digo amarte, cuando, media hora en tu presencia,

me parece excesivo o demasiado.

Presumo de conocerte y, ¡cuántas veces! me pillas fuera de juego

Te sigo y escucho y miro, una y otra vez,

hacia senderos distantes de Ti.

Te confieso, Señor, que no sé demasiado de Ti.

Que, tu nombre me resulta complicado pronunciarlo y

defenderlo en ciertos ambientes.

Que, tu señorío, lo pongo con frecuencia

debajo de otros señores ante los cuales doblo mi rodilla.

Te confieso, Señor, que mi voz no es para tus cosas

lo suficientemente recia ni fuerte como lo es para las del mundo.

Te confieso, Señor, que mis pies caminan más deprisa

por otros derroteros que el placer, las prisas,

los encantos o que el dinero me marcan.

Te confieso, Señor, que, a pesar de todo,

sigo pensando, creyendo y confesando que eres el Hijo de Dios.

Haz, Señor, que allá por donde yo camine

lleve conmigo la pancarta de “soy tu amigo”.

Haz, Señor, que allá donde yo hable

se escuche una gran melodía: “Jesús es el Señor”,

Haz, Señor, que allá donde yo trabaje,

con mis manos o con mi mente,

construya un lugar más habitable en el que Tú, puedas formar parte.

Amén

 

 

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