2024
JULIO MEDITACIÓN EUCARISTICA:
EL
ECO DE LA VIDA
Señor
Jesús en esta tarde de verano estamos aquí junto a ti para sentir tu apoyo y tu
cariño hacia cada uno de nosotros y también sobre muestras familias. Sabemos
que nos invitas constantemente a hacer lo debido y lo correcto y hacer a los
demás lo que nos gustaría que los demás nos hiciesen. Pero andamos tan
preocupados por lo nuestro que muchas veces olvidamos que somos comunidad, que
somos familia tuya, que somos Iglesia. Escuchemos esta interesante historia
EL
ECO DE LA VIDA:
Un niño y su padre caminaban entre las montañas. De repente, el hijo tropezó
y cayó al suelo gritando: "¡Aaahhh!" Para su sorpresa, oyó una voz a
lo lejos que gritaba como él. Con curiosidad el niño preguntó: "¿Quién
está ahí?"
"¿Quién
está ahííí…?". Le respondieron.
Molesto
con la respuesta, el niño gritó:" ¡Cobarde!"
Pero
le respondieron de la misma manera:" ¡Cobardeee…!"
El
niño desconcertado le preguntó a su padre: "¿Qué sucede papá?"
El
padre, sonriendo le dijo: Hijo mío, presta atención. Se levantó y dirigiéndose
a la montaña, gritó:" ¡Te admiro!"
La
voz respondió:" ¡Te admirooo…!"
Volvió
a gritar: "¡Eres un campeón!"
Y
la voz le respondió: "¡Eres un campeónnn…!"
El
niño estaba asombrado y no entendía.
Se
llama Eco, le explicó el padre, aunque en realidad es la vida. Te devuelve todo
lo que dices o haces. Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras
acciones. Si deseas más amor en el mundo, crea más amor a tu alrededor. Si
deseas felicidad, da felicidad a los que te rodean. Si quieres recibir una
sonrisa, sonríe a los que conoces. Esta relación se aplica a todos los aspectos
de la vida. La vida te dará de regreso, exactamente aquello que le has dado. Tu
vida no es una coincidencia, es un reflejo tuyo.
La
vida te devuelve aquello que le das, es tan generosa que no se queda con nada.
Si no te gusta lo que recibes, deja la queja y observa lo que estás dando,
revisa muy bien lo que estás dando.
Trata
a los demás como a ti te gustaría que te trataran, porque todo lo que des, te
será devuelto. Los demás nos tratarán como nosotros les tratemos a ellos. Al
final, la vida no es más que el eco de nuestros actos. Así actuamos, así nos
tratará, ya que todos nuestros actos tienen una consecuencia
Yo
no podría llegar a ser un profesional si mi decisión es retirarme de la
escuela. Yo no podría ser un buen padre si mi decisión es abandonar mis hijos y
nunca procurarlos. Yo no podría recibir paz, si lo que doy es guerra. Yo no
podría recibir amor si lo que doy es odio.
Tu
Jesús nos dijiste que todo árbol bueno da frutos buenos y todo árbol malo da
frutos malos. Constantemente escuchamos el eco de nuestra vida repitiéndonos
que necesitamos dar amor y lo ignoramos para dar discordia. Tenemos que
recordar que la Biblia dice que “lo que sembremos, eso también cosecharemos.”
Nuestras decisiones y acciones se reflejarán en lo que recibamos en nuestra
vida. Si deseas amor, crea más amor a tu alrededor, si deseas felicidad, da
felicidad a los que te rodean.
Hoy,
más que nunca, necesitamos demostrar y dar de ese amor que tenemos por dentro.
Hoy, más que nunca, necesitamos unirnos y sanar nuestra alma interior, para que
Dios ponga en nosotros el corazón que él quiere que tengamos.
Señor
Jesús enséñanos a no dar la espalda a la necesidad ajena, porque mañana puede
ser que necesitemos la ayuda del prójimo. No es tiempo de criticar a los demás,
es tiempo de actuar a favor de los que están sufriendo. La vida te dará
de regreso, exactamente, aquello que tú le has dado. Tu vida no es una
coincidencia, es un reflejo de ti.
Si
queremos dar paz, necesitamos tenerla. Si queremos dar amor, necesitamos
tenerlo. Si no lo tenemos, búscalo. Y si no lo encontramos acerquémonos a Jesucristo.
Solo llenándonos de su espíritu podremos tener el don de amar y de dar la paz.
Galatas
5:22-23 el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad,
bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Amén.
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