sábado, 19 de octubre de 2024

2024 CICLO B TIEMPO ORDINARIO XXIX.

DOMUND

Queridos hermanos hoy celebramos la jornada mundial de las misiones, nos acordamos de todos misioneros y pueblos que llevan la buena notica de que son amados por Dios, con todas las consecuencias. Y el evangelio viene en nuestra ayuda: Jesús ha mostrado con sus palabras y con su ejemplo que su camino es el del servicio verdadero a todos. Ese el recorrido que han de hacer también sus seguidores.

Los grandes de este mundo los oprimen y tiranizan, pero no será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida en rescate por muchos.

 

Esta es la regla fundamental y principal del cristianismo: no es la del egoísmo, la de levantar murallas, la que pugna por alcanzar el poder para dominar a los demás, la que pretende conseguir el dominio sobre los otros para sojuzgarlos. La nueva Ley del amor pide la entrega de la vida haciendo el bien a muchos, viendo en todo el género humano el rostro de Cristo.

Los discípulos no son héroes, son hombres complicados, algunos incluso embarazosos. Dos de ellos son tan impetuosos y ruidosos que Jesús inventó para ellos un apodo sonoro y hermoso: «hijos del trueno». Un elogio. ¡A Jesús se le daban muy bien los elogios! Estos dos hermanos no piden luz, sino poder: que uno se siente a la derecha y otro a la izquierda de tu trono.

Después de tres años de caminos, de enfermos curados, de pan repartido y después de tres anuncios de muerte en la cruz, es como si los discípulos aún no hubieran entendido nada. Y Jesús, en lugar de desanimarse, comienza de nuevo a explicar su sueño de cielos nuevos y tierra nueva.

En el mundo ganan los más fuertes, los más listos, los más ricos; pero entre vosotros no será así; Hay que ir exactamente en dirección opuesta. Entre los suyos no ha de existir esa jerarquía de poder. Nadie está por encima de los demás. No hay amos ni dueños. La parroquia no es del párroco. La Iglesia no es de los obispos y cardenales. El pueblo no es de los teólogos. El que quiera ser grande que se ponga a servir a todos. El verdadero modelo es Jesús y su misión es «servir» y «dar la vida». Por eso es el primero y más grande.

Necesitamos en la Iglesia cristianos dispuestos a gastar su vida por el proyecto de Jesús, no por otros intereses. Creyentes sin ambiciones personales, que trabajen de manera callada por un mundo más humano y una Iglesia más evangélica. Seguidores de Jesús que «se impongan» por la calidad de su vida de servicio.

Los misioneros así lo hacen, van a los rincones del mundo a llevar la buena nueva, a servir a todos empezando por los últimos, los que mas necesitan, los pobres y marginados. Por so necesitan nuestra ayuda económica para poder realizar bien su trabajo y su servicio. No solo llevan la Palabra de Dios, sino educación, salud, promoción de la mujer y de las niñas… son las manos de Dios y los rostros amables de la Trinidad. Seamos generosos.

 

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