¡PARA SIEMPRE, SEÑOR!
Aunque me digan que es imposible… para
siempre, Señor.
Aunque me digan necio… para siempre,
Señor.
Aunque me confundan… para siempre, Señor.
Aunque sobrecojan las dudas… para
siempre, Señor.
Aunque pensé en otra cosa…para siempre,
Señor.
Aunque me cueste amar… para siempre,
Señor.
Aunque lo vea difícil… para siempre,
Señor.
Aunque se oscurezca el horizonte… para
siempre, Señor.
Aunque no encuentre lo que busque… para
siempre, Señor.
Sí, amigo y Señor; haz que, mi amor, sea
¡para siempre!
Y haz que, mi amor, sea un amor divino.
Un amor que brota en el cielo y se rompe
cuando toca la tierra.
Un amor que perdona las veces que haga
falta.
Un amor que no es un juego sino una vida.
Un amor que no es un capricho y sí bien
vivido.
Un amor que, cuanto más se da, más crece.
Un amor que, cuanto más se ofrece, más
devuelve.
Un amor que, cuanto más se cuida, se
convierte en un gran gigante.
Sí, amigo y Señor; Sigue bendiciendo mi
casa, mi matrimonio y mi familia.
Para que nunca falte la luz que
clarifique la oscuridad.
Ni el viento que disipe la tormenta.
Ni el amor que todo lo comprende y lo
soluciona.
Y, cuando me asolen los intentos de
lapidarlo.
Sal a mi encuentro, Señor, Para que
comprenda, una vez más, que, sin amor, La vida no merece la pena ser vivida.
Amén.
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