2024
CICLO C TIEMPO DE NAVIDAD
SAGRADA
FAMILIA
Celebramos hoy la festividad de la
Sagrada Familia de Nazaret, que encuentra su marco adecuado en el contexto
navideño. Dios eligió a una familia humilde y sencilla para vivir entre
nosotros. Su día a día discurrió como la de cualquier familia humana entre
alegrías, problemas inesperados y sufrimientos. Jesús eligió hacerlo en una
familia. Es hermoso verle integrado en la red de afectos familiares, naciendo y
creciendo en el abrazo y el cuidado de los suyos.
La comunidad cristiana ha defendido y
protegido siempre el valor de la familia entendida, según el proyecto de Dios,
como una comunidad de vida y de amor.
La Familia de Nazaret es decididamente
única y es lógico preguntarse si es posible tomarla como modelo para la familia
cristiana de hoy. A pesar de todo, son muchas las familias que hoy, dentro de
los límites propios de la fragilidad humana, se esfuerzan por construir una
familia sana y en comunión, intentando reflejar los valores fundamentales de la
familia de Nazaret. La oración y la gracia del sacramento del matrimonio, que
permanece a lo largo de la historia de la familia, pueden ayudar para lograr
esa añorada aspiración. Una familia en comunión y armonía es uno de los mejores
testimonios que los cristianos pueden ofrecer en estos tiempos de confusión.
Nosotros afirmamos la dignidad y el
valor primordial de la familia y nos preguntamos cómo está viviendo hoy la
familia cristiana en una sociedad donde han surgido diversos modelos de
entender esta realidad. Sin duda en este momento histórico la familia en
general vive una crisis de identidad. Tampoco es fácil para la familia
cristiana vivir la realidad familiar en un mundo que cambia tanto y tan rápido.
Es indudable que la familia es fundamental en la vida social de la persona, que
garantiza su formación emocional, así como los valores que orientan la
trayectoria de cada individuo.
En el Evangelio vemos que incluso en la
Sagrada Familia no todo va bien: hay problemas inesperados, angustia,
sufrimiento. María y José buscan angustiados a Jesús y cuando lo encuentran, su
madre le dice: hijo ¿por qué nos has hecho esto? Conocemos la respuesta de
Jesús, que María y José no entienden. Pero respetan la decisión del hijo que va
madurando y con quien deben establecer nuevos lazos de respeto y amistad. La
clásica ruptura que se repite en el seno de cada familia cuando los hijos viven
las distintas etapas del desarrollo.
Los padres de Jesús necesitan tiempo
para aprender a conocer a su hijo. Cada día, en la familia, hay que aprender a
escucharnos y comprendernos, a caminar juntos, a afrontar los conflictos y las
dificultades en común. Porque la felicidad de una familia nace de la dedicación
de unos a otros, del afecto y respeto mutuos, de la armonía y de la reconciliación
frecuente entre sus miembros.
Necesitamos ante todo buscar, cuidar y
desarrollar un proyecto sano, digno y dichoso de familia que pueda plasmarse en
la vida concreta de cada hogar.
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