ACCIÓN DE GRACIAS
En el corazón del adviento, sale a
nuestro encuentro Santa María, pura antes y después.
Tu figura, ante todo, es adelanto y
aperitivo de la pascua definitiva.
Tu belleza y sencillez, tu obediencia y
blancura, Tu humildad y hondura, son signos de la bondad del mismo Dios, que se
va hacer presente en Belén.
María es la mujer que nos ayuda a
apostar: Por la sencillez, frente a la abundancia de la sociedad.
Por la obediencia, frente al anarquismo.
Por la pureza, frente al simple deseo o
placer.
Antes que la pobreza, el hombre prefiere
el materialismo.
María, en el corazón del adviento, nos
señala esas virtudes, esos dones, esas gracias, que Dios da a los que confían y
esperan en Él.
María, llena de gracia, nos anima a
dejarnos guiar por ese Dios, que colma con toda bendición al que se abre, de
arriba abajo, a su voluntad.
Amén.
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