2025
CICLO C
TIEMPO
DE CUARESMA I
En este primer domingo de cuaresma la
Palabra de Dios nos hace resituar la hondura o superficialidad de nuestra vida.
No es casual que nos presente el
evangelio tres tentaciones de Jesús. Se trata de un resumen de las relaciones
que puede desarrollar un ser humano. La tentación consiste en entrar en una
relación equivocada con Dios y con nosotros mismos.
1ª tentación:
Si eres Hijo de Dios... Es la tentación de hacer la voluntad de Dios
para que Él haga lo que yo quiero; es lo que estamos haciendo todos los días.
Jesús no es fiel a Dios porque es Hijo, sino que es Hijo porque es fiel. No
solo de pan... El pan es necesario, pero no es lo más importante. Nuestro mundo
nos dice que dar al cuerpo lo que me pide es lo primero y esencial. El antídoto
es el ayuno. Privarnos de lo bueno para el cuerpo, es la mejor manera de no
ceder a lo que es malo.
2ª Si me adoras, todo será tuyo. El
poder es la idolatría suprema y lleva siempre consigo la opresión, único
pecado. Si descubro mi ser profundo, no me importará desprenderme de mis ansias
de dominar y buscaré el servicio. El antídoto es la limosna. Para superar la
tentación de dominio, debemos compartir todos de lo que tenemos y somos.
3ª Tírate de aquí abajo. Realiza
un acto verdaderamente espectacular, que todo el mundo vea lo grande que eres.
Todos te ensalzarán y tu vanagloria llegará al límite. La respuesta: deja a
Dios ser Dios. Acepta tu condición de criatura y desde esa condición alcanza la
verdadera plenitud. Dios no puede darte nada porque ya te lo ha dado todo.
Para llegar a tu verdadero ser, hay que
atravesar tu propio desierto. Liberarnos de todo lo que creemos ser. Mantengamos
el silencio y no confiemos en milagros, nadie desde fuera de ti nos podrá
llevar hasta el fondo de nuestro ser. Cuantos atajos nos ofrece este mundo
nuestro, cuantas tentaciones para abandonar el sendero de la fe. Muchos nos
dicen por dónde hemos de ir o hacia dónde mirar.
Independientemente nuestra vida se
encuentra con espacios de silencio, de dudas, de pruebas. También de
tentaciones, desde mil frentes, aleros y esquinas. El diablo se disfraza (carnaval
tiene plena vigencia) y se nos presenta en variadas ocasiones y con las
personas más insospechadas o cercanas a nosotros. Nunca como hoy, ante una sociedad
que permite todo y en donde vale todo, podemos tener la sensación que el camino
elegido por el mundo es mejor que el que intentamos seguir nosotros (los
cristianos). Desde la sencillez y la verdad, la sobriedad y la defensa de los
valores que creemos necesarios para alcanzar un nuevo mundo, un nuevo orden
internacional y, por añadidura, conseguir la eternidad.
El mensaje de Jesús de Nazaret sigue
válido y necesario para dar otro color e imprimir otro barniz a nuestras
relaciones, pensamientos, obras, palabras y deseos. Para ello, es necesario
dejar a un lado tantos trastos inservibles que dejan toneladas de peso en
nuestros hombros y ansiedad y huecos a nuestros corazones.
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