2025
CICLO C
TIEMPO
DE CUARESMA II
Segundo domingo de cuaresma, después del
desierto y las tentaciones hoy nos presenta un monte alto y la transfiguración.
Jesús llama a los primeros discípulos y
los lleva a un monte alto y se transfigura ante ellos: Es interesante
comprender que los montes en la Biblia son la morada de Dios, y nos
ofrecen la posibilidad de una nueva mirada sobre el mundo, de captarlo
desde un ángulo nuevo, de observarlo desde lo alto, desde un punto de
vista inédito. Desde el punto de vista de Dios. Si subimos a la
Creueta del Montgó admiraremos nuestra ciudad desde un punto de vista nuevo e
inédito.
Pedro se deja seducir por la situación y
exclama: ¡Qué maravilla estar aquí! Hagamos tres cabañas. Pedro se queda deslumbrado
por la belleza del rostro de Jesús, donde el hombre se siente por fin en
casa: ¡aquí se está bien! La luz inunda nuestra casa.
El Evangelio de la Transfiguración da
alas a nuestra esperanza: el mal y las tinieblas no vencerán, ése no es el
destino del hombre, porque nuestro barro tiene que liberar la luz que el soplo
de Dios colocó en nuestro interior.
La transfiguración supone una enseñanza
creciente para los discípulos:
1) al ver transformado su rostro y sus
vestidos tienen la experiencia de que su destino final no es el fracaso, sino
la gloria;
2) la aparición de Moisés y Elías
confirma que Jesús es el culmen de la historia religiosa de Israel y de
la revelación de Dios;
3) la voz del cielo les enseña
que seguir a Jesús no es una locura, sino lo más conforme al plan de Dios.
4) Escuchar a Jesús: Implica no
solo oír las palabras de Jesús, sino también comprenderlas, reflexionar
sobre ellas y permitir que influyan en la vida y las decisiones
personales. Es como una forma de abrir el corazón y la mente a su mensaje de
amor, compasión, perdón y salvación. Por tanto, no se refiere solo al acto
físico de escuchar, sino a una apertura a vivir de acuerdo con sus
enseñanzas y a aplicar esos principios en la vida diaria y subraya la
importancia de una relación cercana y activa con él.
Nuestro entendimiento, nuestra
inteligencia, nuestra luz no bastan, las cosas que nos rodean no son claras, la
historia y los caminos del futuro no son en absoluto evidentes. Pero el mundo
está impregnado de luz, todas las religiones lo saben, los amantes, los
artistas, los puros de corazón lo saben. Y los discípulos lo recordarán cuando
todo se oscurezca y cuando se lleven al Maestro.
También nosotros será necesario buscar
en los archivos del alma rastros de luz, el recuerdo de días de sol, y así
descansar en él nuestro corazón y nuestra fe.
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