sábado, 8 de marzo de 2025


 

QUIERO UN DESIERTO

Un desierto para vivir, por un momento, en feliz silencio.

Un desierto donde encontrarme cara a cara con Dios.

Un desierto en el que poder escuchar la voz del Señor.

Un desierto en el que probar mi fe.

Un desierto en el que tensar mi fe.

Un desierto donde comprobar la fortaleza de mis ideales.

Donde empezar a gustar y valorar más la Palabra de Dios.

Con el oasis de la eucaristía esperándome para fortalecerme.

Con las palmeras de la mano de Dios cobijándome ante los peligros.

Con la aridez del sol que evapore de mí lo que me aleja de Jesús.

Para sentir hambre de Dios.

Para robustecer el cuerpo y el espíritu de mi corazón.

Para decidir entre Dios y el maligno.

Para postrarme, definitivamente, ante el Creador.

Para salir victorioso frente al mal.

Para combatir frente al enemigo de Dios.

Para dar gloria y culto al que se lo merece: el Señor.

¿Dónde encontrar ese desierto, mi Señor?

¡Sólo Tú eres capaz de indicarme la ruta para encontrarlo!

¡Sólo Tú eres el único que puede enseñarme el camino!

Tu Palabra, Señor, es un desierto donde podré escucharte

La oración, Señor, es un desierto donde podré sentirte

La austeridad, Señor, es un desierto con la que podré acercarme.

La caridad, Señor, es un desierto donde podré recordar que tú vives en el otro. Amén

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