domingo, 10 de marzo de 2024


 

TE MIRO, SEÑOR

Y no salgo de mi asombro; viniste pequeño en Belén, y te empeñas en humillarte para subir, rebajándote de nuevo, a la crudeza de un madero.

Admiro la belleza de tu amor; tan universal y tan gigante, tan caritativo y desprendido, tan cierto y tan nítido.

¿Dónde el secreto de tu generosidad?

Comprendo que el mundo te necesita, que no vamos bien si no te miramos, que, a la vuelta de la esquina, nos abandona tanto absurdo que ensalzamos.

Y la oscuridad se convierte en torrente de luz.

La duda en profesión de fe.

La tiniebla en rayo de sol.

El fracaso aparente, en amor redentor.

Eres estandarte del amor verdadero.

Eres árbol en el que se clavan nuestras miserias.

Eres salud que sana a todo enfermo que te mira.

Eres fortaleza para el débil que te suplica.

Y compruebo que eres lo que siempre me dijeron:

Amor sin farsa

Amor sin tregua

Amor que se da y se entrega

Amor que sólo sabe eso…salvar al hombre. Amén.

 

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