miércoles, 6 de marzo de 2024


 

2024 MARZO MEDITACIÓN EUCARISTICA:

LA SILLA

 

Querido Jesús en esta tarde venimos a sentirte muy cerca y muy dentro de nosotros. A veces nos complicamos tanto la vida y solo falta un poco de tu presencia y de tu compañía para sentirnos seguros y vivir una fe profunda y significativa. Cada uno tiene que encontrar su propio camino de fe, uno que nos brinde paz y consuelo, especialmente en los momentos más desafiantes de la vida. La fe es tomar el primer paso incluso cuando no ves toda la escalera. Oigamos esta historia de oración simple y sencilla pero profunda.

La Silla: La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el sacerdote llegó a la habitación encontró a este pobre hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.

- ¿supongo que me estaba esperando? le dijo.

- No, ¿Quién es usted?, dijo el hombre enfermo.

- Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y noté la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.

 -Ah sí, la silla. ¿Le importaría cerrar la puerta? dijo el hombre enfermo. El sacerdote sorprendido cerró la puerta. El hombre enfermo le dijo:

- Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la iglesia he escuchado como se debe orar y los beneficios que trae. Pero esto de las oraciones; ¡no sé...!  me entra por un oído y me sale por el otro. De todos modos, no tengo idea de cómo hacerlo. Abandoné por completo la oración, hasta hace cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo:

- José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con JESÚS, así es como te sugiero que lo hagas: Te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a JESUS sentado delante de ti. No es algo alocado el hacerlo pues él nos dijo: "YO ESTARE SIEMPRE CON VOSOTROS". Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora. Así que lo hice una vez y me gustó; lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces. Siempre tengo mucho cuidado de que no me vaya a ver mi hija, pues me internaría en el manicomio

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo y que no dejara de hacerlo nunca. Luego hizo una oración con él. Le extendió una bendición y se fue a su parroquia.

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: ¿Falleció en paz?

- Si, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde, me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo que me quería mucho y me dio un beso. Cuando regresé de hacer mis compras una hora después ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de la cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?

El sacerdote profundamente estremecido, se secó las lágrimas de emoción y le respondió: Ojalá que todos nos pudiésemos morir de esa manera.

Señor Jesús la simplicidad es la clave en la fe. La práctica de hablar contigo como si estuvieras sentado frente en una silla vacía no solo es un acto de fe sincera, sino también un ejemplo de cómo la simplicidad puede profundizar la conexión espiritual. Lo más sencillo puede ser lo más poderoso.

Las preocupaciones sobre lo que otros piensen pueden limitar nuestras expresiones más personales y sinceras de fe y espiritualidad.

El Poder de la oración es inmenso y tu ofreces consuelo, fuerza. Y nos aseguras un momento final y una despedida serena y significativa. La oración hecha desde el amor y la sencillez puede brindar paz y consuelo, no solo en la vida, sino también en el momento de la muerte.

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