VÍA CRUCIS EN LA PANDEMIA
Es
un viacrucis especial, conectando con la experiencia y sentimientos de tantas
personas que sufren en su propia carne esta situación global de pandemia y de
restricciones.
Este
camino de la cruz que recorremos hoy cabemos todos. Cabe la gente de nuestra
parroquia y la de las otras parroquias vecinas.
Caben
las mujeres y caben los hombres. Los que tienen fácil la vida y los que se
sienten abrumados por los pesos que les han ido cayendo encima y no saben de
dónde sacar fuerzas.
Caben
los viejos, que por ley de vida no son ya jóvenes, aunque algunos para
consolarse dicen que lo son de espíritu. Caben también los jóvenes que son
viejos, los que están cansados y aburridos como si hubiesen andado ya un camino
largo de ochenta años.
Los
que sonríen y los que se sienten solos y tienen ganas de llorar...
En
este Vía Crucis caben todos, aunque un día sólo cupo uno: Jesús. Aquel fue su
exclusivo Vía Crucis, el camino-de-la-cruz original y primigenio. Pero desde
entonces todos los Vía Crucis de la historia se han unido al primero. En todos
está Cristo, y en todos andan los otros «cristos», los hermanos de Cristo, los
hijos de Dios. Cargan con la cruz; son traicionados y vejados; caen, no tres
veces, sino tres mil; en unas ocasiones se levantan de nuevo y en otras quedan
en el suelo extenuados; son colgados de la cruz; criticados, apaleados,
juzgados, abucheados, rechazados, torturados; y Cristo va siempre con ellos.
Vía Crucis de Jesús, el Hijo de Dios; y de sus hermanos, los hijos de Dios. El
Vía Crucis no es solo camino: es lugar y ocasión de encuentro. Encuentro de
Cristo y sus hermanos; encuentro de los hermanos de Cristo entre sí.
Encontrémonos juntos en este viacrucis, confinados en nuestras casas, pero
unidos de corazón.
En
el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
1ª ESTACIÓN: JESÚS CONDENADO A MUERTE
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si eres una persona contagiada por el virus; si
estás cerca de alguien de los tuyos que está infectado, Jesús fue condenado y
tenido por leproso y blasfemo, mírale a Él. Siente su presencia. Él inocente
fue condenado injustamente, como tantos hermanos nuestros que se infectaron sin
merecimiento e incomprensiblemente.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si tú has sido hospitalizado, o alguno de los tuyos
lo está, y sientes el peso insoportable de la prueba, mira a quien cargó con
nuestros sufrimientos. Él está ahí contigo para fortalecerte, para animarte
para ayudarte a cargar con la cruz de la enfermedad, de la incomprensión, de la
violencia y del odio.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA, POR PRIMERA VEZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si en estos momentos te acosa la tentación de la
desesperanza, de la angustia, y hasta de la depresión, mira a Jesús, que, caído
en tierra, se levanta. Y sientes una mano amiga que te ayuda a soportar lo
insoportable y que seas capaz de mirar más allá, lo importante no es la
enfermedad ni las caídas, sino lo que viene después, levantarse y sanar.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
4ª ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE EN EL
CAMINO DE LA CRUZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si tienes algún familiar contaminado, y no puedes
acercarte a verlo, si estás aislado en tu propia casa, sin poder demostrar tu
cercanía, contempla el dolor de María ante su Hijo en la Vía Dolorosa, sin
poderse acercar a Él. Pero con sus iradas se sostenían, se amaban y sentían la
cercanía. Lo mismo con nuestros enfermos, aunque no podamos abrazarlos y
acariciarlos, podemos sentirlos muy cerca y muy próximos.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
5ª ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA
CRUZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si eres profesional de la medicina, si perteneces a
los destacados para poner tus manos en el dolor y en la enfermedad, en la
soledad y el aislamiento, eres como el Cirineo. El Papa Francisco te ha llamado
el santo de la puerta de al lado. Gracias, y mucha fuerza para continuar
luchando, lo sabemos que lo hacéis incluso sin medios físicos ni materiales
para protegeros. Sois de verdad nuestros samaritanos y nuestro aplauso
agradecido para siempre.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si eres uno de los voluntarios, que se ha ofrecido
para enjugar el dolor del que sufre, de acompañar a los más necesitados en este
tiempo de penuria y de preocupación, siente el gozo de llevar en tus ojos el
rostro que se imprimió en el velo de la Verónica, el rostro sufriente de
Cristo. La santa Faz. Gracias.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si te oprimen las noticias de los que especulan, de
los que mienten, de los que se aprovechan del dolor ajeno, mira a Jesús, que no
cede y se levanta, hazlo tú con gestos sinceros que animen y den esperanza. No
desistas juntos saldremos de esta y esperemos que al levantarnos lo hagamos con
actitudes nuevas, más solidarias más humanas y sobretodo más fraternas.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
8ª ESTACIÓN: JESÚS, CAMINO DEL CALVARIO, SE DIRIGE A
LAS MUJERES DE JERUSALÉN
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
A ti, madre, hermana, trabajadora, ama de casa,
acoge la mirada de Jesús y convierte tu lamento en gestos solidarios,
entrañables, amorosos, que tanto ayudan. Tu eres la más fuerte y tu fortaleza
cambiará el mundo. Gracias.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ EN TIERRA
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si ves cómo se derrumba tu negocio, y se quiebra tu
economía, si das por perdido todo tu esfuerzo, no deseo decirte palabra de
compromiso, pero quizá sientas junto a ti una mano tendida. Mira a Jesús que
vuelve a levantarse. No te hundas, espera, espera en el Señor. La creatividad
del ser humano es infinita y nos levantamos una, tres, y muchas veces. No estás
solo. El Señor es nuestra Fuerza y esperanza. Confía.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Tu que estás sujeto a la infección del virus, y
estás desnudo y solo en una habitación, o estás en cuarentena, te invito a que
mires a Quien desnudo y solo dio su vida por amor a todos. Él transformó el
suplicio de la cruz que era un instrumento de muerte y de tortura en un
instrumento de amor, amor hasta el extremo, hasta dar la vida por sus amigos.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Recordemos todos los que estamos recluidos en casa,
aquellos que no pueden salir de casa, que nos sentimos sujetados por correas
invisibles, si te sientes clavado y solo, mira al Crucificado. No queremos
oprimirnos más, pero Él se trasfunde en nuestro dolor y lo transforma en
redención. Y está contigo clavado y sin bajar de la cruz o desclavarse. Se
solidariza y se une a nuestro confinamiento.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Por ti, que nos has dejado, y ya has pasado el
umbral de la muerte, rezo y a ti me encomiendo. Por ti, que has perdido un ser
querido, y no te has podido acercarte a darle un beso, te acompaño en tu dolor,
aunque nunca lo sepas. La muerte no es la última palabra. Jesús muere y
convierte la muerte en vida. Sintamos toda esa gran solidaridad y esta gran
compasión mundial de los unos por los otros, todos entramos en comunión en el dolor.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
13ª ESTACIÓN: JESÚS, MUERTO, EN BRAZOS DE SU MADRE
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si no has podido despedirte de un ser querido, si
estás a distancia de quien deseas acompañar, mira a María, la Virgen de la
Soledad, la Virgen de las Angustias, la Virgen de los Desamparados. Ella tiene
el encargo de Jesús de consolarnos. Las madres siempre están cerca de sus hijos
y su corazón rompe las fronteras físicas y psíquicas. Siempre nos acompañaran.
Un beso.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
14ª ESTACIÓN: JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si no has podido acompañar el entierro de tu ser
querido, de tu amigo, si la losa del desgarro ha caído sobre tu corazón, te
ofrezco mi silencio, y sobre todo el silencio de María, la mujer fuerte, que
permaneció de pie junto a la Cruz, y no perdió la esperanza. ¡Ten ánimo! Tanto
dolor no puede quedar sin sentido. La muerte y el dolor no tienen la última
palabra, la última palabra la tendrá aquel que es el Autor de la VIDA.
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS
- Te adoramos
o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu
Santa Cruz redimiste al mundo.
Si ahora piensas que invocar la vida es recurso
piadoso, te aseguro que es desde la resurrección de Cristo que cabe permanecer
en esperanza. Cuenta con la oración de muchos. Nada es inútil. Algún día
comprenderemos tanto dolor e impotencia, y se hará luz. Me atrevo de decirte:
Espera, espera en el Señor, que volverás a alabarlo. La noche no es eterna, la
noche tiene un final y acaba con el alba y llega la LUZ, el día, la
Resurrección. Ánimo
Padrenuestro,
Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé:
Ten piedad y misericordia de mí
ORACIÓN:
Señor Jesús,
en este día en que recordamos tu Pasión y Muerte, ayúdanos a reconocer el
inmenso amor que nos tienes. Tú, Señor, entregaste tu vida por nuestra
salvación, y nos has señalado un sendero por recorrer: solo quien entrega,
podrá recibir. Ayúdame a acoger el inmenso don de tu amor, y a seguirte en el camino
de la cruz, que es paso para la resurrección. Amén
No
me mueve, mi Dios, para quererte
el
cielo que me tienes prometido,
ni
me mueve el infierno tan temido
para
dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme,
en fin, tu amor, y en tal manera,
que
aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y
aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
Anónimo,
atribuido a Santa Teresa
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