LUNES
DE SAN VICENTE
Este lunes se celebra la festividad de San Vicente
Ferrer, patrono de la comunidad valenciana. A pesar de no poder reunirnos en la
Iglesia para celebrar esta fiesta, os dejamos algunas notas para que juntos
elevemos gracias a Dios por tal patronazgo.
En ell reconeixem un gran missioner i predicador, a
un home de Déu que, fidel als vots de la seua vida religiosa en l’orde
dominicana, va anunciar sense parar l’Evangeli en les nostres terres i en tota
Europa. Donem gràcies al Senyor per l’exemple i testimoni de sant Vicent que
ens convida a donar glòria a Déu cada dia amb les nostres paraules i les
nostres obres.
A DÉU, DONEU-LI GLÒRIA (San Vicent)
San
Vicente Ferrer nació en Valencia, en la actual calle del Mar, donde ahora está
el Pouet de Sant Vicent, el 23 de enero de 1350. Sus padres fueron Guillermo
Ferrer, notario y Constança Miquel. Fue bautizado en la Parroquia de san
Esteban. Tomó el hábito de fraile dominico en el cercano Real Convento de
Predicadores el 5 de febrero de 1367, emitiendo sus votos definitivos el 6 de
febrero de 1368. Fue enviado al Convento de Barcelona y al de Lérida donde
realizó sus estudios de Filosofía. Desde 1372 estudia Biblia y Teología en
Barcelona, y en 1376 estuvo en Toulouse completando su formación. En 1379, ya
ordenado sacerdote, es elegido prior del Convento de Valencia, cargo en el que
estará poco más de un año. En ese tiempo dio clases de Teología en la Catedral
de Valencia, en la actual capilla del Santo Cáliz. En 1388 obtuvo el título de
“Maestro en Teología” y fue nombrado “Predicador General” de su orden. Residió
en Avignon durante el Cisma de Occidente donde recibió diversos cargos de
Benedicto XIII. En 1399 abandona definitivamente esta ciudad y se consagra a su
actividad misionera. Predicó por toda la Corona de Aragón, la de Castilla y,
además, el sur de Francia, el norte de Italia, Suiza y la Bretaña francesa. En
muchos lugares se recuerda su paso por los hechos portentosos que ocurrieron.
San Vicente fundó en Valencia una cofradía que desde 1410 se encarga de recoger
y educar a los niños huérfanos y abandonados de la ciudad. Su obra sigue viva
en el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de san Vicente Ferrer. También en el
ámbito social participó en el Compromiso de Caspe en el que se designó heredero
de la Corona de Aragón a Fernando de Antequera tras la muerte sin descendencia
de Martín el Humano. En 1419 predicó la que sería su última Cuaresma y a los 69
años murió en Vannes (Bretaña francesa) el 5 de abril de ese mismo año. Está
sepultado junto al altar mayor de la Catedral. San Vicente fue canonizado el 29
de junio de 1455 en Roma por el papa Calixto III. Su fiesta se celebra el 5 de
abril, aunque desde muy antiguo, en Valencia, se celebra el lunes posterior a
la Octava de Pascua.
SALMO
96, 1-2.3.7-8a.10
Conteu
a tots els pobles les meravelles del Senyor.
Canteu al Senyor un càntic nou,
canteu al Senyor per tota la terra;
canteu al Senyor, beneïu el seu nom,
anuncieu de dia en dia que nos ha
salvat.
Proclameu tots els dies sa victòria,
conteu als pobles la seua glòria,
i els seus
prodigis a totes les nacions.
Families dels pobles, aclameu al Senyor,
celebreu la glòria i el poder del
Senyor,
tributeu honor al nom del Senyor.
Digueu als pobles: El Senyor es Rei;
Ell manté el món ferm i incommobible;
Ell governa els pobles rectament.
“Bona gent”, Así comenzaba su predicación San
Vicente Ferrer hace 600 años. Esta expresión contiene la esencia de la
predicación del santo valenciano. San Vicente centraba su predicación en la
preeminencia de la gracia y la bendición de Dios sobre la creación y el ser
humano. Este contenido lo exponía con cercanía a la gente y con un lenguaje
comprensible.
“Bona gent” como saludo
inicial representaba el elemento esencial de la persona humana y de su relación
consigo mismo, con la sociedad y con Dios. La fuerza de la predicación no sólo
se nota en la conversión de sus oyentes sino también en la fuerza del reino ya
presente; una fuerza que se deja notar en los signos y prodigios que acompañan
al predicador.
San Vicente Ferrer fue
hombre polifacético, pero, sobre todo, predicador de la buena nueva por los
caminos del mundo. Él vivió a pleno pulmón la fuerza de la predicación,
San Vicente era un
hombre cultivado por la PALABRA de Dios y fiable en su predicación por la
coherencia de su vida.
Como patrón de nuestra
comunidad valenciana y de nuestra Iglesia diocesana se convierte en modelo de
testigo de Jesús. Fundamentado siempre en la Palabra y hombre de palabra. Que
aprendamos de él.
Oració
Oh Déu, que al frare dominicá sant Vicent Ferrer el féreu ministre de la
predicació evangèlica, concediu-nos que vegem regnant en el cel al qui ell va
anunciar com a futur jutge en la terra i per la intercessió del nostre patró,
servir-vos ab purea de cor i meréixer arribar a les alegries eternes. Amén.
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San Vicente
Ferrer
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Ruega por
nosotros
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