DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCIÓN
En este día luminoso y radiante ha
estallado la vida, la vida plena, la que nos trae Jesús resucitado. Jesús con
su resurrección no trae solamente una pequeña prolongación de algunos años más
en esta vida que ahora tenemos. Lo que consigue y trae es la victoria total
sobre la muerte, la vida plena y verdadera, la que Él tiene reservada para
todos. Se trata de un cambio en calidad, de conseguir en Jesús la plenitud
humana lejos ya de toda amenaza de muerte.
La buena noticia de esta Pascua tan
extraña y tan sentida es que no hay que temer. No tengamos miedo, Él nos dice
“no temáis, ¡soy yo! Porque el miedo se apodera de sus discípulos. El Viernes
Santo cuando condujeron a Jesús a la cruz, esto sí lo entendían. Y se decían
los unos a los otros: ¡Ya lo había dicho yo! ¡Esto no podía acabar bien! ¡Jesús
se estaba comprometiendo demasiado!
A los cristianos de hoy nos pasa lo
mismo, o parecido. No hay quien nos convenza de que Dios es buena persona, de
que nos ama, de que nos tiene preparada una gran felicidad interminable. Nos
encanta vivir en las dudas, temer, no estar seguros. No nos cabe en la cabeza
que Dios sea mejor y más fuerte que nosotros. Y seguimos viviendo en el miedo.
Un miedo que sentimos a todas horas. Miedo a que la fe se vaya a venir abajo un
día de éstos; miedo a que Dios abandone a su Iglesia; miedo al fin del mundo
que nos va a pillar cuando menos lo esperemos. Miedo, miedo.
Si Él venció a la muerte, también a mí
me ayudará a vencerla. Cuántas cosas cambiarían en el mundo, si todos los
cristianos nos atreviéramos a vivir a partir de la resurrección, si viviéramos
sabiéndonos resucitados. Trabajaríamos sabiendo que nuestro trabajo colabora a
la resurrección del mundo. Cómo amaríamos sabiendo que amar es una forma
inicial de resucitar.
La resurrección de Cristo y la fe de
todos en la resurrección es lo que podría cambiar y vivificar el mundo
contemporáneo. Y cada uno de nosotros, con su esperanza, puede añadirle al
mundo un trocito más de esperanza, un trocito más de resurrección.
Lo realmente difícil es vivir la
resurrección en el aquí y ahora, no vivirla como un premio sino como un nuevo
modo de existencia, encontrar pequeños signos en la vida ordinaria que nos
hablan de esa conexión con el autor de la vida. El Cielo y la Tierra en unidad,
inseparables, la luz y la tiniebla, la muerte y la vida cohabitando en nuestro
escenario vital.
Recordemos hoy día de Pascua, de esta
Pascua tan florida pero encerrada, venceremos porque lo esencial de los
cristianos es ser testigos de la resurrección, mensajeros del gozo. FELIZ ESTALLIDO DE VIDA
ACCIÓN
DE GRACIAS
Hoy estamos contentos, más alegres que
nunca.
Cristo ilumina nuestra oscuridad.
Se han roto nuestras cadenas,
nuestras esclavitudes han sido
liberadas,
han saltado todos los cerrojos que nos
aprisionan,
se han rasgado todas las cadenas que
teníamos.
La noche se ha convertido en mediodía
el desierto en vergel,
el sequedal en río abundante de agua
fresca.
La noche de la injusticia,
del odio, de la indiferencia… se ha
iluminado de esperanza.
En la noche del miedo y de la duda ha
brotado la luz de la libertad.
Se han abierto los ojos de los ciegos
y los sordos escuchan por primera vez una
palabra de salvación.
En la noche, la muerte se ha rasgado y
ha amanecido la vida, por Jesucristo.
La noche ha sido vencida.
Cristo ha resucitado y nos ha librado de
una vida vacía,
oscura y sin horizonte.
Nos ha demostrado que es posible
ser fiel a los valores del Evangelio hasta
el final.
Y ya conocemos el camino de la bienaventuranza,
de la plenitud,
de la alegría, de la vida: es
Jesucristo.
Él ha abierto una brecha de esperanza en
la historia.
Y hemos visto una luz grande.
Gracias porque hoy elegimos ser libres,
libres como Jesús,
de todas las ataduras para amar y
servir,
para construir una sociedad nueva: el
Reino de Dios.
Gracias porque hoy es el día más
importante para nosotros:
la vida, la luz, la salvación se nos han
acercado,
han salido a nuestro encuentro, y nos
han alcanzado
como la lluvia, nos han calado hasta los
huesos.
¡Estamos en un camino de salvación!
¡Nuestro futuro es la vida!
¡Nuestro futuro es Dios!
La vida tiene sentido y valor, vivida
desde Dios.
Gracias porque has resucitado y nosotros
somos testigos
Ayúdanos a transmitir a otras personas
lo que hoy hemos descubierto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario