2023 AÑO B TIEMPO DE NAVIDAD.
DIA DE NAVIDAD
Hoy es Navidad, que en
este día dejémonos llevar por el gozo, por la alegría que impregna el ambiente.
Que no nos lo quiten.
Nuestra celebración es
el Dios que se encarna, la Palabra se hizo hombre por nosotros, para llevarnos
al gozo de la divinidad. Sin embargo, nuestro cariño y nuestra solidaridad para
quienes no pueden estar contentos porque pasan pruebas y dificultades. ¡Es
fácil gritar y predicar la alegría cuando no tienes ningún problema muy grande!
Especialmente recordamos a quienes estas Navidades sufren por la guerra, por el
hambre, por la falta de vivienda, por la discriminación.
Hemos escuchado un
Evangelio inmenso, que nos obliga a pensar en grande. Juan comienza con un
himno, un canto, que nos llama a volar alto, un vuelo de águila.
En el principio era el Verbo y el Verbo era Dios. En el principio y en las profundidades, en el
tiempo y fuera del tiempo: todo fue hecho por medio de Él. Nada sin Él. "En el principio", "todo",
palabras absolutas, que nos ponen en relación con la totalidad y la eternidad,
con Dios. Nada ni nadie ha nacido de sí mismo.
Navidad: vino al mundo la luz verdadera, la luz que ilumina a todo hombre. Cada hombre,
cada mujer, cada niño, todos, nadie excluido; ninguna existencia carece de una
pizca de esa luz. Hay un fragmento del Verbo en cada carne, un trozo de Dios en
cada hombre.
No nos dejemos arrebatar esta alegría de ser y de
compartir con los hermanos
porque en ello está la presencia del Dios encarnado y él es la luz del mundo.
Nos cuesta tanto entrar en la aventura de encontrarnos con Dios. A veces nos
quedamos siempre a cierta distancia.
La Navidad nos recuerda que lo humano y lo divino no se excluyen mutuamente. No tenemos que dejar de
ser humanos para ser de Dios. Lo humano es la puerta que nos permite entrar
en lo divino. Pero escuchemos bien la advertencia del evangelista. La
Palabra de Dios vino al mundo, y el mundo no la conoció; vino a su casa, y los
suyos no la recibieron. No nos desesperemos, si nos cuesta ver avanzar
a este Reino. Lo único que podemos hacer es seguir luchando por hacerlo real.
La luz brilla en las
tinieblas. La noche no vence al día: las tinieblas no vencen.
Jesús es la historia de
la ternura de Dios, trae la revolución no de la omnipotencia o la perfección,
sino de la ternura y la pequeñez: Dios en la humildad, es el secreto de la
Navidad.
Jesucristo nos comunica
la gran generosidad y gratuidad de Dios; y a nosotros nos ha hecho el don de
poder acogerla. Pero fijémonos: poder acogerla. Ninguna obligación, ninguna
exigencia. Dios nos deja la libertad de seguirle. No podía ser de otro modo si
hablamos de un Dios manifestado en un niño, en humildad y debilidad. La Gracia
y libertad son también los dones de Navidad. Gracia porque todo es gratis: Porque sí.
Feliz Navidad hermanos, el Señor
está siempre con nosotros, ahora y siempre.
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