jueves, 7 de diciembre de 2023


 

INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARIA

2023 CICLO B

 

En el recorrido de este tiempo de Adviento nos encontramos con esta celebración de la Inmaculada Concepción, una de las fiestas grandes de la Madre de Jesús. María, es considerada por la Iglesia la primera entre todos los santos. En ella podemos ver un modelo perfecto para lo que estamos llamados. María reunió en su vida una serie de actitudes que la hicieron mantenerse pura a lo largo de toda su existencia: la humildad de quien se sabe pequeña, la disponibilidad absoluta de servicio al que la necesita, la confianza en Dios, la discreción sin buscar protagonismo, la fe confiada de la que cree sin haber visto.

Hoy tenemos la oportunidad de fijarnos en ella, y seleccionar alguna de sus actitudes y pedírsela a Dios a través de ella. Cuando recibe el anuncio del ángel de que va a ser la madre de Jesús, sabe estar disponible a lo que se le anuncia, sabe aceptar los planes de Dios sobre ella, no se echa atrás.  Es una mujer con una fe lo suficientemente fuerte como para aceptar lo que Dios quiere.

Que importante es mirar con ojos de fe los acontecimientos de la vida; saber descubrir a Dios en las cosas que nos pasan a diario, en las personas, en las situaciones. Si tuviéramos la fe suficiente para aceptar los planes de Dios, cuánto cambiaría nuestra conducta y nuestra vida.

María asume las consecuencias de su decisión al decir el Sí a Dios. Sabe que su sí al ángel le va a traer momentos duros, pero no rehúye esas exigencias. Su decisión no le va a traer fama, ni honores, ni dinero, sabe ser fiel a la palabra dada, aceptando todo lo que ella lleva consigo. La fidelidad a nuestros compromisos como personas bautizadas son también un buen ingrediente para vivir el Adviento. Las opciones de más valor son las más cargadas de compromiso, esfuerzo y sacrificio.

El sí de María es un sí sin condiciones; cuando se toma una decisión, es necesario saber aguantar, saber ser fiel a la palabra dada, aunque a veces tengamos tentaciones de tirarlo todo por la borda. No puedo decir hoy sí y mañana no. La constancia es también una buena virtud para vivirla en este tiempo. Fe profunda y fuerte, fidelidad y constancia en lo que creemos y saber aguantar en nuestros compromisos, son buenas lecciones marianas para este tiempo fuerte.

María con su ejemplo nos guía en el camino hacia la Navidad, ella nos indica el camino, sólo queda que yo me decida a seguirlo de una vez por todas, sólo queda que yo tenga el coraje suficiente como para ser más constante y firme a la hora del seguimiento de Jesús.

Celebrar la Inmaculada nos hace reanimar la esperanza en un mundo más humano que, con frecuencia, más bien, invita al desánimo y provoca frustración a causa de las guerras, las injusticias, el descarte, las polarizaciones irreconciliables, la soledad. Los cristianos en el contexto actual hemos de ser signos de esperanza. Gracias al Dios que viene y de María, la mujer acogedora de su venida, ha de crecer entre nosotros un impulso renovador del Espíritu, que nos conduzca a pronunciar hoy un asentimiento responsable a la actualización del misterio de la encarnación: ¡Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra!

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