INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN
MARIA
2023 CICLO B
En el recorrido de este
tiempo de Adviento nos encontramos con esta celebración de la Inmaculada
Concepción, una de las fiestas grandes de la Madre de Jesús. María, es
considerada por la Iglesia la primera entre todos los santos. En ella podemos
ver un modelo perfecto para lo que estamos llamados. María reunió en su vida
una serie de actitudes que la hicieron mantenerse pura a lo largo de toda su
existencia: la humildad de quien se sabe pequeña, la disponibilidad absoluta de
servicio al que la necesita, la confianza en Dios, la discreción sin buscar
protagonismo, la fe confiada de la que cree sin haber visto.
Hoy tenemos la oportunidad
de fijarnos en ella, y seleccionar alguna de sus actitudes y pedírsela a Dios a
través de ella. Cuando recibe el anuncio del ángel de que va a ser la madre de
Jesús, sabe estar disponible a lo que se le anuncia, sabe aceptar los planes de
Dios sobre ella, no se echa atrás. Es
una mujer con una fe lo suficientemente fuerte como para aceptar lo que Dios
quiere.
Que importante es mirar
con ojos de fe los acontecimientos de la vida; saber descubrir a Dios en las
cosas que nos pasan a diario, en las personas, en las situaciones. Si
tuviéramos la fe suficiente para aceptar los planes de Dios, cuánto cambiaría
nuestra conducta y nuestra vida.
María asume las
consecuencias de su decisión al decir el Sí a Dios. Sabe que su sí al ángel le
va a traer momentos duros, pero no rehúye esas exigencias. Su decisión no le va
a traer fama, ni honores, ni dinero, sabe ser fiel a la palabra dada, aceptando
todo lo que ella lleva consigo. La fidelidad a nuestros compromisos como
personas bautizadas son también un buen ingrediente para vivir el Adviento. Las
opciones de más valor son las más cargadas de compromiso, esfuerzo y
sacrificio.
El sí de María es un sí
sin condiciones; cuando se toma una decisión, es necesario saber aguantar,
saber ser fiel a la palabra dada, aunque a veces tengamos tentaciones de
tirarlo todo por la borda. No puedo decir hoy sí y mañana no. La constancia es
también una buena virtud para vivirla en este tiempo. Fe profunda y fuerte,
fidelidad y constancia en lo que creemos y saber aguantar en nuestros
compromisos, son buenas lecciones marianas para este tiempo fuerte.
María con su ejemplo
nos guía en el camino hacia la Navidad, ella nos indica el camino, sólo queda
que yo me decida a seguirlo de una vez por todas, sólo queda que yo tenga el
coraje suficiente como para ser más constante y firme a la hora del seguimiento
de Jesús.
Celebrar la Inmaculada nos
hace reanimar la esperanza en un mundo más humano que, con frecuencia, más
bien, invita al desánimo y provoca frustración a causa de las guerras, las
injusticias, el descarte, las polarizaciones irreconciliables, la soledad. Los
cristianos en el contexto actual hemos de ser signos de esperanza. Gracias al
Dios que viene y de María, la mujer acogedora de su venida, ha de crecer entre
nosotros un impulso renovador del Espíritu, que nos conduzca a pronunciar hoy
un asentimiento responsable a la actualización del misterio de la encarnación: ¡Aquí está la esclava del Señor, hágase en
mi según tu palabra!
No hay comentarios:
Publicar un comentario