Dios dice: Cada vez que nace un niño sigo confiando
en vosotros, porque entregaros un hijo es delegar mucho de mí en vosotros: es
haceros continuadores de mi obra, portadores de mi Espíritu, padres y madres de
mi Evangelio vivo y cuna del mundo al que tanto quiero.
Todo niño viene a través vuestro, y toda buena
noticia se encarna en vuestro seno, pero la fuente de la vida, que encontró
cauce en vosotros, tiene su origen en mis entrañas y el amor desbordado que a
veces os alcanza.
Acostumbraos, pues, a verme en ellos; en su frágil
transparencia son mi presencia que os ilusiona, mi navidad más humana, mi
palabra encarnada, verdaderos sacramentos en la historia.
En ellos abrazáis mi ternura echa carne vuestra en
ellos os solidarizáis con mi debilidad e impotencia, y también con mis sueños y
esperanzas más íntimas.
Deteneos de vez en cuando ante ellos, contempladlos
despacio: estáis ante el misterio de la vida, ante el milagro del amor, ante la
mejor buena noticia, gratuita.
Permanezco junto a vosotros, día y noche, empeñado en
cuidarlos, y cuidaros, con mimo para que crezcan y continúen mi obra, -la
vuestra, la nuestra, entendámonos-.
Contad siempre conmigo. Yo me alegro de poder contar
con vosotros.
Florentino
Ulibarri
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