2023 DICIEMBRE ADORACIÓN EUCARISTICA.
La Navidad nos viene por María
Señor Jesús
delante de ti sacramentado y niño recién nacido nos reunimos para estar contigo
y sentir tu presencia en todos los momentos de la vida. En estos días de
Navidad donde la alegría anida en nuestros corazones por saber que tu viniste y
te quedaste para siempre compartiendo nuestras felicidades, amarguras y
tristezas. Sabemos que tu madre, la Virgen María fue esencial para que se diera
el milagro de la Navidad, hoy queremos pensar en ella y sentirla muy cerca de
los dos.
La Navidad nos viene por María:
La rueda del tiempo no se para. Los meses cogen carrerilla. Al principio lo
tomamos con calma. Pero luego vamos tomando un ritmo ligero y cuando nos damos
cuenta estamos en los aledaños del invierno. Este tiempo de mil nostalgias, con
sus colores amarillos de oro viejo, que nos hablan del invierno y de esta
Navidad toda de blancura y paz.
¡Navidad!
¡Navidad! No la comercial. La de los perfumes, colonias, comilonas o guateques
a mansalva. No. La otra. La más recogida. La pobre y humilde. La más cercana a
la verdadera. La que vivieron María, José y la borriquilla, con el buey y la
mula, y los pastores de Belén, que corrieron para contemplar al Mesías del
mundo.
La Navidad de
Jesús de Nazaret. La del Niño Dios. Aquel niño de perlas. El que nació en el
corazón de la noche, al amparo de las estrellas, con el gemido de su madre, el
silencio de José y el asombro de los animales. La de los pastores que, locos de
alegría, por la buena noticia recibida del Ángel, caminan con ligereza, al
portalito de Belén.
Esta Navidad
la necesitamos como el pan. Lo mismo que el oxígeno en medio de un mundo que se
nos va haciendo irrespirable. Un mundo estresado, en el que tanta crisis,
engaños y mentiras, nos roen los sentimientos más nobles del alma. Y nos vamos
sangrando lentamente. Cada día con la tez más blanca y amarilla. Necesitamos la
vida. Pero no una vida cualquiera. Una vida sana La que viene de Dios. Una vida
profundamente humana, trascendente y divina.
Esta Navidad
fue posible por una jovencita que se abría a la vida. María de Nazaret. La
Virgen María. La pobre de Jhavé. La humilde. La Inmaculada. La que esperaba con
Israel y con toda la humanidad la venida del Mesías. El Salvador. A esta Virgen
que recibió en su alma y en su cuerpo al Verbo de Dios y nos entregó a
Jesucristo, le rezo yo en esta Navidad: Santa María, haz posible en nuestras
vidas y en nuestro mundo el milagro del nacimiento del Hijo de Dios.
YO TE SALUDO, MARÍA
Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo:
en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en tu abrazo, en tu seno.
Yo te saludo, María,
porque te turbaste
–¿quién no lo haría ante tal noticia? –
mas enseguida recobraste paz y ánimo
y creíste a un enviado cualquiera.
Yo te saludo, María,
porque preguntaste lo que no entendías
–aunque fuera mensaje divino–
y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,
sino que tuviste diálogo y palabra propia.
Yo te saludo, María,
porque concebiste y diste a luz
un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida
hay que gestar y cuidar
si queremos hacer a Dios
presente en esta tierra.porque te dejaste guiar por el Espíritu
Yo te saludo, María,
y permaneciste a su sombra,
tanto en tormenta como en bonanza,
dejando a Dios ser Dios
y no renunciando a ser tú misma.
Yo te saludo, María,
porque abriste nuevos horizontes
a nuestras vidas,
fuiste a cuidar a tu prima,
compartiste la buena noticia,
y no te hiciste antojadiza.
Yo te saludo, María.
¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé, camina
con nosotros,
llévanos junto a los otros
y mantén viva nuestra fe!
Florentino
Ulibarri
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